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Inscripción de la Ruta Wixárika en la lista de la Unesco reconoce una lucha histórica

Es un hito para México sobre justicia para los pueblos indígenas, difundió el Comité de Patrimonio Mundial // Recomendó vigilar la senda sagrada ante las amenazas que enfrenta

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▲ La propuesta presentada por la representación mexicana fue aprobada de manera unánime.Foto cortesía Ruta Wixárika
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de julio de 2025, p. 2

En un acontecimiento que diversos sectores y grupos de la sociedad mexicana consideraron un acto de justicia, la Ruta Wixárika por los caminos sagrados a Wirikuta. Tatehuarí Huajuyé fue inscrita ayer en la lista de patrimonio mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (Unesco, por sus siglas en inglés).

La resolución fue tomada durante la 47 sesión del Comité del Patrimonio Mundial que se celebra en la sede de aquel organismo internacional en París, Francia, desde el pasado 6 y hasta el 16 de julio.

Esto marca un hito para México sobre justicia para los pueblos indígenas y el reconocimiento de las prácticas tradicionales que protegen al planeta, destacó la Unesco en un comunicado.

La propuesta presentada por la representación mexicana fue aprobada de manera unánime y sin enmiendas por los Estados parte de ese organismo internacional.

Sin embargo, el comité hizo la observación de que el Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos, por sus siglas en inglés) ha encontrado amenazas en esa ruta sagrada, como el turismo espiritual no regulado, la sobrexplotación de peyote y concesiones mineras, por lo que se recomendó mayor monitoreo, educación y aplicación de leyes.

Como se informó ayer en estas páginas, en la referida propuesta se hizo hincapié en que el itinerario sagrado Tatehuarí Huajuyé (El camino de nuestro abuelo Fuego, en lengua wixárika) es una de las rutas precolombinas aún en uso más representativas en América.

Se detalló, asimismo, que se trata de un testimonio excepcional de la persistencia de las tradiciones culturales del pueblo wixárika y un ejemplo excepcional de la interrelación entre la cultura y el entorno natural en las prácticas espirituales de ese pueblo originario.

Poco después de aprobarse la inscripción, un representante del pueblo wixárika tomó la palabra en su lengua ante el pleno de la asamblea de la Unesco para agradecer al Comité del Patrimonio Mundial y al Estado Mexicano por proteger nuestros territorios, sitios sagrados y rutas ancestrales.

En medio de aplausos, subrayó en su breve intervención, traducida al español por otro miembro de esa cultura y luego al inglés por un intérprete: Después de años de lucha por el reconocimiento de nuestros sitios sagrados, donde residen las esencias de la vida y nuestros ancestros, cumplimos un mandato del Consejo Regional Wixárika y la Asociación Civil Xapawiyemeta.

De la delegación mexicana, el historiador Francisco Vidargas, titular de la Dirección de Patrimonio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), expresó también su gratitud en nombre de las comunidades de ese pueblo originario, el gobierno de México, las entidades de la República e instancias involucradas, por proteger el mundo wixárika: sus paisajes, árboles, rocas, venados, águilas y sitios sagrados, como un acto de redención para los pueblos del mundo.

Refirió que los wixaritari, en su peregrinaje anual hacia el centro ceremonial de Wirikuta, recorren más de 500 kilómetros desde el mar hasta el centro de México para reconectarse con los dioses, trascender lo femenino, lo contradictorio, el pasado, el presente y los problemas actuales.

Wirikuta es una tierra sagrada colosal, donde los dioses realizaron sus hazañas creativas en el origen de los tiempos. Allí, no hay roca, manantial, cueva o cerro que no esté ligado a un evento mítico o ritual. Todo adquiere significado. Todo exige una naturaleza superior.

Vidargas resaltó asimismo que, después de siete años, México inscribe un nuevo bien en la lista de patrimonio mundial, proceso que tomó tres décadas de preparación.

En la presentación de la candidatura mexicana ante el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, el presidente de la sesión explicó que la ruta del pueblo wirárika hacia el centro ceremonial de Wirikuta comprende un recorrido cultural compuesto por 20 elementos o espacios sagrados que abarcan más de 500 kilómetros, a través de los estados de Nayarit, Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí y Durango, en un área de más de 135 mil hectáreas.

Esta ruta representa la tradición espiritual y ritual viva del pueblo indígena wixárika, centrada en la peregrinación hacia Wirikuta, paisaje desértico considerado el lugar de la creación y el nacimiento del Sol, indicó.

La ruta nominada no es un sendero lineal, sino una red de caminos de peregrinación que atraviesa sitios sagrados, santuarios, centros ceremoniales e hitos ecológicos de valor simbólico. La peregrinación se realiza anualmente, renovando la cosmovisión wixárika y reforzando el conocimiento tradicional, los lazos comunitarios y la gestión ambiental.

Sus 20 componentes o sitios sagrados, agregó, incluyen montañas sagradas, humedales, formaciones rocosas, manantiales y paisajes rituales.

Testimonio de una tradición viva

En el análisis de la propuesta se consideró que la citada ruta es un testimonio excepcional de las tradiciones culturales vivas del pueblo wixárika y representa una de las tradiciones espirituales más perdurables de Mesoamérica.

También se reconoció que “manifiesta una cosmovisión espiritual viva basada en la reciprocidad, que refuerza la identidad cultural, mantiene la agrobiodiversidad y asegura el éxito del ciclo agrícola tradicional conocido como ‘milpa’.

El peyote, el águila real, el venado y el maíz son seres sagrados honrados durante la peregrinación. El paisaje y sus atributos forman un mapa espiritual cohesionado, utilizado activamente por líderes ceremoniales y familias.

Durante la evaluación, además se tomó en cuenta que la citada peregrinación wixárika se practica anualmente con amplio consenso comunitario. Todos los componentes son esenciales para el ciclo ritual. Sin embargo, existen vulnerabilidades, como presiones mineras y limitaciones de acceso por propiedad privada, que pueden afectar el uso ritual pleno.

Asimismo, se contempló que ese bien cultural cuenta con protección legal nacional, incluyendo el Decreto federal de sitios sagrados (2023), reformas a la Ley Minera y la Constitución Mexicana.

Estos marcos protegen los paisajes sagrados, los derechos indígenas y la continuidad cultural. También consagran el reconocimiento constitucional de los territorios y prácticas espirituales indígenas. El sistema de gestión está coordinado por el Consejo Wixárika en colaboración con agencias estatales y federales.

Por último, se mencionó que el Plan de Manejo Integral (2024-2030) incluye mecanismos de consentimiento libre, previo e informado, gobernanza comunitaria y cooperación interinstitucional.

Con esta inscripción en la lista de la Unesco, el pueblo wixárika corona una tenaz y compleja lucha de casi 30 años en defensa de sus territorios y prácticas sagradas y rituales.