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México, SA

Banca privada exprime a usuarios // ¿Qué fue de la modernización? // Depredación institucionalizada

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▲ Pese a su alto costo para las finanzas públicas y los usuarios, la banca comercial sigue sin cumplir con la promesa de ser un motor para el desarrollo del país.Foto La Jornada
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llá por mayo de 1990, el entonces inquilino de Los Pinos anunciaba la reprivatización de las instituciones financieras estatizadas ocho atrás por José López Portillo, y lo hizo con aire triunfal, porque, prometía, México contaría con una banca moderna que responderá a las necesidades de pequeños industriales y comerciantes, sectores profesionales, campesinos, y apoyará también aquellos (proyectos) de gran envergadura.

Pedro Aspe, secretario salinista de Hacienda, secundó a su socio: Necesitamos empresarios bancarios con liderazgo y que estén dispuestos a fortalecer las instituciones con una visión de largo plazo, cuidando siempre el interés del público ahorrador. Que quede claro: la banca, por su naturaleza, es una actividad basada en la confianza de la sociedad; no servirá para la especulación de unos cuantos.

Y en el coro apareció el entonces dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio: La iniciativa se enmarca en el propósito de hacer de la modernización económica el sustento de un gran sistema de solidaridad social; entendemos esta iniciativa como un paso decisivo en la configuración de un sistema financiero moderno, competitivo, atento al cumplimiento de la responsabilidad social en la intermediación eficiente del ahorro y que aliente también la inversión productiva y con ella el mejoramiento de los niveles de vida de los sectores más desprotegidos.

Más oropel: el dirigente de la Confederación Nacional Campesina, Maximiliano Silerio Esparza, se aventó al ruedo y aseguró que el anuncio presidencial es de un gran sentido patriótico, humano y profundamente social (cabe recordar que, estallada la crisis bancaria de 1995, Fobaproa incluido, muchos de los productores que formaban parte de esta organización priísta terminaron refugiados en El Barzón, creado, entre otros, por Alfonso Ramírez Cuéllar, para defender a los campesinos productores de la voracidad de los banqueros, que los exprimieron a más no poder). Y como los citados, un ejército de corifeos.

Como se ha comentado en este espacio, en plena fantasía modernizadora, Salinas de Gortari, Aspe, Colosio y su banda de corifeos promovían incesantemente la reprivatización de la banca, pues, decían, las instituciones bancarias, en manos empresariales, harían del sistema financiero una maquinaria eficiente y competitiva, promotora del ahorro interno, otorgante de crédito oportuno y suficiente a la inversión productiva, gestora de un desarrollo equilibrado, congruente con las necesidades sociales, y erradicarían fenómenos indeseables de concentración.

Eso y mucho más se dijo para justificar la prometida exitosa modernización de la banca reprivatizada por Salinas (que se concretó entre 1991 y 1992), es decir, la misma que en cuestión de dos años reventó (1994), fue ilegalmente rescatada (1995) con recursos públicos (que los mexicanos siguen pagando) y extranjerizada (Zedillo, Fox y Calderón), sólo para que los intocados barones del dinero establecieran su paraíso en México.

Pues bien, transcurridas tres décadas y media del modernizador anuncio salinista y 30 años del ilegal rescate zedillista, muy lejos está la banca que opera en México de cumplir el verborreico sueño húmedo de Salinas, Aspe y Colosio (responderá a las necesidades de pequeños industriales, comerciantes y campesinos; cuidará siempre el interés del público ahorrador, será sustento de un gran sistema de solidaridad social, no servirá para la especulación de unos cuantos), pues, en los hechos, se ha convertido en el saqueador institucionalizado de usuarios y mexicanos en general.

Cercana la convención bancaria (8 y 9 de mayo), no resulta ocioso recordar lo sucedido desde la modernización. Y para no olvidar cómo funciona esa maquinaria eficiente y competitiva, La Jornada (Julio Gutiérrez) actualiza la información: Al cierre de febrero pasado, el conjunto de bancos privados que operan en México obtuvo ingresos por el cobro de intereses por 305 mil 115 millones de pesos, monto 4.88 por ciento superior en términos reales si se compara con lo reportado en el mismo mes de 2024, cuando sumó 280 mil 337 millones de pesos.

Para un mes igual, se trata del mejor resultado desde que hay registro en la CNBV, y se presenta en un entorno de desaceleración de la actividad y recortes a la tasa de referencia del Banco de México, instrumento que marca el costo al que se financian empresas y familias.

Las rebanadas del pastel

Abrazo solidario para Orlando Pérez, corresponsal de La Jornada en Ecuador, ante las amenazas de muerte del espurio Daniel Noboa.

X: @cafevega