Banca cobra intereses de agio // Sordera ante nuevo exhorto
// Sheinbaum: bajen las tasas

ercana la Convención Bancaria, la presidenta Claudia Sheinbaum reitera la ya perenne invitación
a los barones del dinero: reduzcan las tasas de interés que cobran a sus usuarios, porque si bien el Banco de México ya las aminoró, de todas maneras el acceso al crédito para una pequeña y mediana empresa sigue siendo muy complejo; para dinamizar la economía, obviamente, sin riesgos, bájenlas
. El exhorto
es por demás sutil, porque en realidad dichas tasas no son elevadas, sino verdaderamente bestiales y tienden a cancelar los beneficios que pueda generar un empréstito.
Difícilmente los banqueros atenderán la cortés solicitud
presidencial (la cual, dicho sea de paso, se ha repetido a lo largo de por lo menos los últimos cinco sexenios, sin resultado alguno), pues los intereses de agio que cobran a los creditohabientes constituyen (junto con las decenas de comisiones que cargan a sus usuarios) uno de sus principales filones de ganancias, que son voluminosas, y es costumbre de los barones escuchar esa machacona petición
como quien oye llover.
Los tiempos han cambiado, no cabe duda, pero los banqueros ni lejanamente, y el citado exhorto
les resbala por razones de peso (muchísimos, en realidad). ¿De qué se trata? La Jornada (Julio Gutiérrez) nos ilustra sobre el caso:
De enero a noviembre de 2024, los bancos privados que operan en México obtuvieron ingresos por intereses que sumaron un billón 633 mil 790 millones de pesos, una cifra sin precedente para un periodo similar desde que se tiene registro, indican los datos más recientes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. En un entorno marcado por las elevadas tasas de interés en el país, estos ingresos crecieron 6.6 por ciento en términos reales (descontada la inflación) si se comparan con los reportados en igual periodo de 2023, cuando sumaron un billón 465 mil 983 millones de pesos.
Algo más: los ingresos por intereses obtenidos por los bancos equivalen a dos quintas partes de la recaudación fiscal del gobierno federal en el mismo periodo. Según cifras de la Secretaría de Hacienda, de enero a noviembre de 2024 ingresaron a las arcas públicas 4 billones 515 mil 671 millones de pesos. Aunque hay diversas fuentes para que las instituciones bancarias cobren intereses, la principal son los financiamientos otorgados a empresas y familias, que en el periodo de referencia sumaron 983 mil 722 millones de pesos, 60 por ciento del total. Por los réditos cobrados por medio de los financiamientos, las comisiones por otorgar préstamos y las inversiones en valores, la banca obtuvo casi 80 por ciento de sus ingresos por intereses
.
Los mayores beneficiarios de las tasas de interés de agio son trasnacionales: las españolas BBVA y Santander, la estadunidense Banamex, la británica HSBC y la canadiense Scotiabank. Sólo dos instituciones mexicanas: Banorte, de la familia Hank, e Inbursa, de Carlos Slim (léase los mismos de siempre). Y este ramillete de sordos
en materia de invitaciones
y exhortos
, por tal concepto se embolsaron la friolera de un billón 207 mil 537 millones de pesos, de los cuales 728 mil 463 millones provinieron de los réditos de los préstamos
.
Por ejemplo, los intereses aplicables a tarjetas de crédito de las citadas instituciones bancarias resultan hasta 20 veces superiores a la inflación (en este caso, enero-noviembre de 2024: 2.9 por ciento). A ello hay que sumar el impuesto al valor agregado. Quien se lleva la palma, pero no aparece entre los referidos ganones, es el plástico oro
de Banco Azteca, con una tasa de interés (sin IVA) de 119 por ciento, 41 veces más que la inflación en el periodo que se cita, de acuerdo con la estadística de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.
En el recuento de daños, al menos desde el sexenio foxista (desde el Banco de México, no desde Los Pinos) se registran decenas de invitaciones
a los siempre sordos barones del dinero para que reduzcan intereses, comisiones y conexos. Y mientras los usuarios de la banca son exprimidos, ellos se mantienen muertos de la risa e hinchados de utilidades.
Las rebanadas del pastel
Parece que en la 4T no existe control de calidad. Por ejemplo, ¿qué hace un prianista como vocero de la Secretaría de Hacienda? Se trata de Wilhem Hagelsieb Garza, quien ocupó la misma posición en Pemex y la Sener en tiempos calderonistas. Igual con Peña Nieto, pero en Banobras, la Semarnat y la Conanp. Ahora Edgar Amador Zamora, nuevo titular de la SHCP, decidirá si lo ratifica o no, es decir, una oportunidad dorada para deshacerse de este personaje.
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