
Domingo 16 de marzo de 2025, p. 24
La glorieta del Metro Insurgentes se llenó con decenas de jóvenes vestidos con camisetas de agrupaciones como My Chemical Romance, Green Day y Pxndx (Panda), así como pancartas donde se leían frases como Hagamos a México emo otra vez
, o ¡Soy emo y qué!
Los asistentes fueron citados a las 13 horas frente al Palacio de Bellas Artes por medio de una convocatoria distribuida en redes sociales en la que se señalaba que iba a ser una manifestación pacífica y que tras 20 años de ausencia la marcha emo debía resurgir
.
El encuentro reunió a hombres y mujeres de todas las edades, lo que generó incluso la unión de la nueva generación y los que vivieron la mítica pelea entre emos y punks el 16 de marzo de 2008, quienes fueron vistos con flequillos que cubrían sus ojos, pantalones entubados, cinturones con estoperoles, así como los clásicos tenis de bota negros Converse y los Vans a cuadros.
La marcha llevó la música y los cánticos desde de Bellas Artes por la avenida Juárez y Paseo de la Reforma para finalizar en la glorieta, donde señalaron que ahora pueden reunirse y expresarse sin temor.
Acompañados por figuras de cartón de tamaño real del músico Gerard Way, peluches de Domo Kun, mangas de rayas negras y blancas, así como altas concentraciones de delineador, los manifestantes hicieron gala de múltiples elementos de la subcultura en la que encajan, al señalar que nunca fue una fase, sino un estilo de vida
.
Al arribar, los casi 30 grados no impidieron que cantaran a todo pulmón The kill, de la banda estadunidense Thirty Seconds to Mars, ni que formaran las clásicas ruedas de slam para bailar entre empujones y risas.
La nostalgia también se hizo presente cuando en medio de la congregación se organizó una representación de la famosa batalla campal con la tribu de punks, que ocurrió en el mismo lugar hace 17 años.
En el frente de combate el ambiente adquirió una tonalidad morada debido a las bombas de humo utilizadas por los asistentes, mientras aventaban botellas, agua y basura en medio de un entorno completamente festivo. Sólo faltaron los hare krishna para completar el cuadro.