
Sábado 15 de marzo de 2025, p. 5
La obesidad y el sobrepeso infantil no sólo afectan la salud física, sino que también tienen repercusiones en el cerebro y los procesos cognitivos
, advirtió Maura Jazmín Ramírez Flores durante la conferencia Niñas y niños con obesidad y sobrepeso: ¿hay cambios en el cerebro?, dictada en la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hay un proceso relacionado con la adiposidad que es la inflamación, y sabemos que el mantenimiento de esta grasa puede afectar a nuestras células, incluidas las del cerebro
, explicó la especialista en el marco de la Semana Internacional del Cerebro que este año se realiza del 12 al 15 de marzo.
En el cerebro de personas con obesidad se han encontrado marcadores proinflamatorios, como citoquinas e interleucinas que generan un ambiente tóxico para las neuronas
, dijo y agregó que uno de los principales efectos de esta inflamación en la infancia es la alteración de la poda neuronal, un proceso clave en el desarrollo cerebral.
Imaginen que esta poda, que normalmente elimina conexiones neuronales inadecuadas, ahora también afecta aquellas que sí eran adecuadas
, alertó.
Expuso que en un estudio realizado a 73 niños de entre 7 y 12 años, se encontraron diferencias significativas en las funciones ejecutivas entre aquellos con normopeso y los que presentaban sobrepeso u obesidad.
Los resultados mostraron que los menores con obesidad tenían una menor teoría de la mente (ToM, capacidad de comprender y predecir el comportamiento de los demás, así como sus estados mentales, incluyendo pensamientos, creencias, deseos y emociones), menor memoria de trabajo, dificultades en cognición social y pobre autorregulación emocional. También presentaron un retardo en la gratificación, menor flexibilidad cognitiva y una toma de decisiones desfavorable
.
Ramírez Flores enfatizó que en México hay un problema grave de salud infantil, pues se diagnostican niños con obesidad o sobrepeso desde edades tempranas, incluso antes de los cinco años.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020-2022 muestran que los prescolares y escolares tienen una alta ingesta de carnes procesadas, comida frita, botanas, cereales, dulces, postres y refrescos. El consumo de bebidas endulzadas alcanza 95 por ciento, incluso en zonas rurales. Por otro lado, el consumo de alimentos saludables es bajo: sólo 50 por ciento de los niños consumen frutas y 48, lácteos.
Además, se ha registrado un aumento de 42 por ciento en el consumo de grasas añadidas y un alarmante 162 en el consumo de queso amarillo, mientras que sólo 20 por ciento de los niños consumen frutas y verduras.
La gran pregunta sigue siendo: ¿qué fue primero? ¿La disfunción neuronal predispone a la obesidad o la obesidad ocasiona disfunción neuronal? No hay una respuesta clara aún, pero sabemos que puede ser un factor de riesgo y que el cerebro podría estar afectado desde el neurodesarrollo
, mencionó.
La investigadora subrayó que la obesidad también está vinculada con enfermedades como la diabetes tipo 2, dislipidemias e hipertensión arterial, que a su vez pueden agravar el deterioro cognitivo.
Planteó que el estudio realizado refuerza la necesidad de adoptar estrategias de prevención y tratamiento temprano de la obesidad infantil, no sólo para evitar enfermedades físicas, sino también para garantizar un óptimo desarrollo cognitivo y emocional en la niñez.
La Semana Internacional del Cerebro se celebra anualmente en todo el mundo. En México las actividades se extenderán hasta el día 20 de marzo en diversas instituciones, como la Facultad de Ciencias y los institutos de Neurobiología y de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, donde se realizarán conferencias, talleres, concursos y actividades lúdicas.