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Rius y el nacimiento de sus libros-cómic
L

a dimensión pedagógica de los libros-cómic de Eduardo del Río, Rius, ha sido reconocida por intelectuales. Por ejemplo, El Fisgón ha destacado que las obras de Rius son como ministerio de educación que educa divirtiendo, y Luis Hernández Navarro ha comparado las obras del autor de Los Agachados con las pinturas de los grandes muralistas mexicanos. Sin embargo, se ha explorado poco el camino que llevó a Rius a conseguir gran éxito con sus libros, tema sobre el que hablaré a continuación.

En la década de 1950, Rius comenzó su labor de dibujante y su brillante trayectoria en medio de la guerra fría cultural, lo convirtió en una joya preciada que tanto el campo capitalista como el socialista deseaban tener. El campo del imperialismo intentó cooptarlo en 1959. Por una parte, el gobierno del presidente Adolfo López Mateos le entregó el Premio Nacional de Periodismo, por otra, la embajada de Estados Unidos lo invitó a hacer un viaje todo pagado para conocer aquel país da la mano de un agente de la CIA. Esta información la descubrió el mismo Rius cuando su celador alcoholizado dejó caer su credencial de agente secreto.

Para un intelecto crítico y despierto, como el de Rius, era ineludible tomar partido por el campo del socialismo. Así, el viaje a EU, en lugar de convencerlo de las glorias del capitalismo, le reiteró su convicción política y le permitió ver a Fidel Castro cuando éste visitó EU, luego del triunfo de la revolución cubana. Aunque la elección política de Rius le llevó a padecer múltiples despidos de diarios y revistas, el monero mantuvo su convicción política hasta su fallecimiento.

En 1965 Rius concibió una representación crítica de la situación política de México, por medio de la historieta de Los Supermachos, trabajo que le llevó a pasar de los cartones aislados a la creación de una narrativa pedagógica. En ese año surgió la idea de un libro ilustrado, y fue gracias a su militancia en el Partido Comunista Mexicano, donde formaba parte de una célula de periodistas como Ermilo Abreu, Edmundo Jardón, Eduardo Montes, Juan Duch y Gerardo Unzueta.

Sobre este episodio, Rius reconoció que la simpatía por la revolución cubana, acrecentada por un viaje a la isla, generó la idea colectiva de elaborar un libro sobre Cuba. Los integrantes iniciales del proyecto eran militantes del PCM: Froylán C. Manjarrez, quien escribiría el texto, Rodrigo Moya, que aportaría fotografías, y Rius, quien colaboraría con dibujos. Ese proyecto colectivo no se concretó, según Rius, porque Manjarrez falleció y Moya perdió el interés, y esto motivó al monero a escribir el guion e ilustrarlo. Así nació su primer libro: Cuba para principiantes.

Pero no bastó la genialidad del libro de Rius para que se convirtiera en un bestseller de circulación mundial. De hecho, los mil ejemplares de la primera edición, impresos por él mismo usando una máquina offset de Prensa Latina, tardaron cerca de un año en ser vendidos. El éxito de Cuba para principiantes llegó cuando la sagacidad de Simón Zaga, el entonces gerente editorial del Fondo de Cultura Popular (FCP), editorial del Partido Comunista Mexicano (PCM) entre 1941 y 1969, integró el libro a su catálogo. Tan sólo entre 1966 y 1969 Cuba para principiantes tuvo siete ediciones en el FCP, con un total de 30 mil ejemplares, convirtiéndose en el libro con mayor éxito de esa editorial.

El segundo éxito editorial de Rius fue una defensa de la construcción socialista en la República Democrática Alemana (RDA) que llevó por nombre La joven Alemania (1968), libro que también fue publicado por el FCP. Sobre esta obra Rius confesó que la hizo por encargo del PCM, organización que lo envió a la RDA. El resultado fue un libro que también fue reditado múltiples veces. Esto demuestra que el PCM y su editorial tenían plena consciencia del atractivo que tenían las obras de Rius, motivo por el cual le sugirieron al monero, traducir los postulados teóricos de Marx y Lenin en libros de fácil lectura que sirvieran de introducción a obras más complejas. Este fue el origen de Marx para principiantes (1972) y Lenin para principiantes (1975). Ambos libros fueron publicados por la editorial del PCM, que a partir de 1969 se denominó Ediciones de Cultura Popular (ECP).

No es casual que los libros de Rius anidaran en la editorial del PCM y no en las editoriales comerciales de izquierda, como Grijalbo, Ediciones Era o Siglo XXI. Esto se debió a que el FCP experimentó una renovación de su catálogo a mediados de la década de 1960, lo que respondió a los cambios políticos del PCM y al despertar político de la juventud. El otro motivo fue que entonces Rius militaba en el PCM.

La publicación de los libros de Rius en una editorial militante como el FCP, implicó que el monero no usufructuara las regalías de sus obras como era debido. Sobre esto Rius consignó en sus memorias que en una ocasión el escritor Juan de la Cabada le aleccionó explicándole que, en las editoriales y la prensa comunistas consideraban a las regalías como una mala costumbre pequeñoburguesa, pues el buen comunista debía trabajar gratis para la causa. Por esto, luego de abandonar su militancia en el PCM, Rius entregó sus libros a la editorial Grijalbo, donde sí recibió el correcto pago de regalías por la redición de sus primeras obras y la publicación de nuevas.

Rius llegó a publicar más de 135 libros, la mayoría con la editorial Grijalbo, en los que abordó temas como la filosofía, la sexualidad, la ecología, el veganismo y la religión. Pero, pese a las quejas de Rius por los pagos y la decisión de cambiar de editorial, es innegable la importancia que tuvo el FCP en el desarrollo de su trayectoria como autor de libros-cómic, pues la editorial del PCM fue la primera en acoger y fomentar sus obras.

Pese a la desaparición del FCP y el PCM, la contrarrevolución en la Unión Soviética y la desaparición del campo socialista, la obra pedagógica de Rius sigue vigente para ayudar a despertar la conciencia de clase en las nuevas generaciones de jóvenes. Tal vez por esto los libros del monero mayor de México continúan siendo un éxito editorial, aunque ahora no son los comunistas quienes los usufructúan, sino el monopolio internacional Penguin Random House Grupo Editorial.

* Historiador de la ENAH