Disputa legal por mil 100 mdp
Domingo 23 de febrero de 2025, p. 10
El olor del cabrito al pastor llega de inmediato a los transeúntes que caminan por la acera donde se ubica un ícono de Monterrey: el restaurante El Rey del Cabrito, y Olga Martínez Valdez camina despacio por el lugar donde pasó miles de horas trabajando al lado del dueño, su padre, con quien ahora sostiene una disputa legal por el patrimonio de su familia que alcanza los mil 100 millones de pesos.
Desde afuera, observa la galería de más de 20 cabritos insertados en varillas cortados en mariposa, cociéndose lentamente a las brasas en el gran asador y a la vista de todos, junto a suculentos machitos hechos con vísceras, hígados, corazón e intestinos de esos animales, materia prima del negocio familiar, que la han acompañado durante toda su vida.
Es la primera vez que se acerca al restaurante desde hace seis años para atender la entrevista con La Jornada. Desde que su madre, Olga Valdez Zamora, decidió demandar a su esposo, Jesús Alberto Martínez Garza, de 88 años, y a su hijo Jaime Arturo Martínez Valdez, por haberla despojado de su patrimonio, decidió no volver.
Está nerviosa, camina con elegancia y saluda a través del cristal a los cocineros que llevan varias décadas trabajando en el lugar y ya son expertos en la receta secreta de uno de los platillos regios más tradicionales: ¡Cuántas horas pasé en ese asador, cuántos meses, cuántos años! Quisiera preguntarle a mi padre por qué hizo tanto daño a toda la familia. Él y mi hermano mataron a nuestra madre de tristeza y dolor y todo por la ambición y la avaricia
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Con un nudo en la garganta, Olga no puede contener las lágrimas. La estafa patrimonial dividió al matrimonio y a sus seis hijos: Jesús Alberto, usado también por el papá, al igual que Jaime Arturo; Javier que está desaparecido desde hace 10 años, y sus dos hermanos Jorge y José que, como ella, apoyaron y han continuado con el proceso penal y civil iniciado por su madre en 2019 para recuperar su patrimonio.
Mi padre y mi hermano Jaime Arturo se aliaron con el notario número 37 de Nuevo León, Gustavo Nelson Cerrillo Rodríguez, y su suplente, Gustavo Federico Cerrillo Ortiz, y planearon defraudarla y despojarla de su patrimonio. Mis padres estaban casados por bienes mancomunados. Y la manera que utilizaron es usando a un hijo para quitarle todo a mi mamá
, dice Olga, vestida con pantalón beige, botas altas color café, el cabello recogido y un chal de piel en animal print.
Deslealtad y engaño
Doña Olga Valdez Zamora, conocida como La Reina del Cabrito fue una mujer de su tiempo dedicada al hogar, a sus hijos y nietos. Se casó por bienes mancomunados con su esposo que hace alrededor de 20 años decidió abandonar el hogar, pero nunca se divorció.
Mi madre era una señora de casa, sumisa y nunca estuvo dentro de los negocios, pero por ley le correspondía su parte. En 2006 mi papá empezó a comprar propiedades y con el amigo notario se iba con su hijo y las ponía a nombre del hijo. Obviamente, esas propiedades fueron compradas con el patrimonio del matrimonio de mis padres, pero estaba siendo saqueado.
Añade: Como mi mamá y mi papá ya no se hablaban ni se frecuentaban, nunca se pelearon, ni se divorciaron, simplemente un día mi papá se fue de la casa y abandonó el hogar. Y cada quien vivía su vida, ya tenían 20 años así. Fue mi hermano quien empezó a tomar el papel de proveedor, le llevaba su semana y de pronto estaba muy pegadito a mi mamá, porque ya andaban haciendo ellos su plan y que mamá no sospechara nada del contubernio para despojarla de su patrimonio
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Nadie de la familia sospechaba que Jaime Arturo se prestara a cometer semejante delito: Ahorita se está investigando a mi hermano, para saber cómo se hizo de esas propiedades que las puso a nombre de él. Obvio, fue con dinero puesto por papá y al ser el patrimonio de papá también es de mi mamá y por ende de todos
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La historia del despojo a La Reina del Cabrito inició en 2016, cuando se utilizó uno de los terrenos ubicado en avenida Constitución, en la colonia Obispado y donde actualmente se está construyendo la Torre Rise, la más alta de Latinoamérica con 475 metros de altura, 99 pisos y un mirador.
Ese terreno en particular era parte del matrimonio de mis padres, ése sí estaba firmado por mi madre. Llegaron interesados a comprar ese terreno a mi papá y ahí es donde inicia la trama de sacar a su esposa, mi madre, al vender el terreno falsificando su firma.
Explica que su papá no necesitaba a su mamá para comprar propiedades: Él estuvo comprando y poniendo todo a nombre de mi hermano, así fue saqueando el patrimonio, pero para vender una propiedad de las que estaban a nombre de mi mamá, ahí sí tenían necesidad de su firma. Al firmar mi mamá, 50 por ciento hubiera sido de ella y no querían hacerla partícipe de eso
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–¿Y cómo le hicieron?
–El notario se dio cuenta que si mi papá ya estaba saqueando el patrimonio de los dos desde hace mucho, le dijo que su hijo trajera a mi mamá para que firmara un papel de donación, con engaños.
Olor a dinero
Con la cercanía que su hijo Jaime Arturo fue fraguando con tiempo, doña Olga fue llevada a la notaría para firmar unos papeles: Le dicen que necesitaba su firma para liquidar un préstamo que papá había pedido de un banco, porque también las deudas entran dentro del patrimonio, y la llevan a la notaría y como ni leyó ni nada, confiando en mi hermano, firmó
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Al observar que doña Olga estaba plenamente confiada, su hermano y su papá, en complicidad con la Notaría 37, siguieron sus planes: Ahí vieron que no leía lo que firmaba por la confianza depositada en su propio hijo. Así la llevaron nuevamente en agosto de 2016 a firmar más documentos. Mi mamá no sabía de protocolos ni notarías, ni de nada legal
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Prosigue: Mi mamá jamás se imaginó que le iban a hacer una cosa tan grande, ni se las olía para nada. Ella tenía confianza ciega en mi hermano, no se le hizo relevante decirnos algo a los demás hijos y firmó varias veces; ya le habían quitado todo
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Al pasar dos años, doña Olga y su única hija del mismo nombre empiezan a notar de manera llamativa el incremento de la riqueza de Jaime Arturo y su esposa Mayela Cantú:
Mi mamá empieza a ver cosas de mucha opulencia a mi hermano y su familia: vio camionetota, su casa remodelada con lujos como granitos y mármoles de no sé dónde y candiles de un millón de pesos. Mi cuñada con bolsas de 100 mil pesos. Mi mamá empezó a notar mucho dinero. Y fue cuando mi mamá cayó en la cuenta y nos dijo que mi hermano la llevó a firmar algo que no leyó.
Y entonces, buscaron un abogado que se dio a la tarea de investigar lo que firmó la señora y finalmente le dijo: Doña Olga, usted lo que firmó es una donación de todo su patrimonio a favor de su hijo. Le tengo que decir que usted ya no tiene nada
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Enfrentar la realidad
“Estoy aquí para denunciar públicamente a mi hijo Jaime Arturo Martínez Valdez que me despojó de mi patrimonio en contubernio con mi esposo… Mi patrimonio se compone de propiedades, ranchos, quintas, casas, cuentas bancarias y restaurantes, pero me dejaron desprotegida totalmente… Yo no leí lo que firmé por la confianza que le tenía a mi hijo”, dijo doña Olga en un video que se hizo viral en 2018.
A continuación fue y buscó a su hijo, dos años y siete meses después de haber firmado, pero Jaime Arturo ya no atendía sus mensajes, por lo que decidió ir a su casa y aunque no le abrió la puerta, se asomó brevemente y ella desde la banqueta le dijo:
“¿Por qué no contestas mis llamadas? ¿Por qué te me escondes? ¿Por qué me despojaste de todo, hijo? Y él le contestó: Mira, mamá, esto ya es tema de abogados, hazle como quieras, adiós
. Y le cerró la puerta.
Su hija Olga recuerda ese momento: Mi madre lloraba mucho. Después de ese episodio tan terrible, es cuando se arma de valor y demanda. Y después le cierran el apoyo económico que le daban; la dejaron en el abandono total: económica, física y moralmente. Dieron de baja su seguro de gastos médicos siendo hipertensa y con azúcar
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En ese momento, fue cuando Olga y sus hermanos decidieron apoyarla: El abogado dijo que el caso era una medusa con muchos tentáculos. En las acciones del restaurante El Rey del Cabrito estaba mi mamá y falsificaron su firma, simularon una junta de accionistas y la defraudan diciendo que mi mamá le donó a su hijo sus acciones
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Cuenta que su padre y su hermano contrataron al despacho de los Páramo, Fernández y Garza, con 25 abogados y ellos sólo tienen tres con un juicio de ingratitud: “Ellos ya están vinculados a proceso y ahora ya me demandaron por daño moral porque tengo una página en Facebook La esposa del Rey del Cabrito, donde informo de todo. Los medios no atienden el tema porque mi papá tiene muchas conexiones y amistades (hay fotos de él en el restaurante con famosos y políticos, incluido Samuel García, gobernador de Nuevo León)”.
En junio del año pasado, Olga y sus hermanos obtuvieron la posesión de los restaurantes: Pero un juez federal ordena que se los entreguemos nuevamente a mi papá. Seguimos en la lucha después de seis años por nuestra madre
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Olga y sus hermanos, comenta, planean abrir un restaurante de cabrito que se llamará La Reina, cabrito y grill, para honrar la memoria de su madre. Antes de concluir, se le llenan los ojos de lágrimas: “En su lecho de muerte, mi madre nos pidió que no abandonáramos el caso, nos dijo: Quiero que me hagan justicia
. Y eso es lo que nos mueve, no es lo económico, es hacerle justicia a una madre tan violentada toda su vida”.