Miércoles 27 de noviembre de 2024, p. 4
Las remesas que recibe México del exterior –principalmente desde Estados Unidos– son un catalizador para mejorar los niveles de vida de millones de familias en el país, al tiempo que reducen los índices de pobreza, sobre todo de comunidades alejadas, concluyen datos oficiales y de organismos privados.
De acuerdo con datos del Banco de México (BdeM), son alrededor de 4.9 millones de hogares los que reciben estas transferencias de dinero que, según estimaciones del Foro de Remesas del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), equivalen a casi 4 por ciento del producto interno bruto del país.
Las remesas que recibe México del exterior elevan los niveles de vida de los hogares receptores y alivian la pobreza
, asegura Jesús A. Cervantes, director general del Foro de Remesas del Cemla.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo señala que las remesas captadas por México han logrado sacar de la pobreza a alrededor de 2.2 millones de personas, destacando que el impacto de estos ingresos en dólares sobre la desigualdad de ingresos en sus hogares de origen en México es incluso mayor al que suelen tener los programas sociales.
Entre enero y septiembre de 2024 –último dato disponible del BdeM– ingresaron al país 48 mil 386 millones de dólares, una cifra sin precedente desde que existen registros, que además representa un incremento anual de 2.8 por ciento frente a los 47 mil 91 millones de dólares reportados en igual lapso de 2023.
En todo 2023, México registró transferencias de connacionales por 63 mil 313 millones de dólares, cantidad que, de acuerdo con estimaciones de distintas instituciones financieras, será superada con creces durante este año gracias a una combinación de mayores montos enviados y un mayor tipo de cambio, factor esencial para los migrantes.
Alza de un tercio en los ingresos
Un ejemplo del poder de las remesas en la economía mexicana, de acuerdo con el especialista del Cemla, es que los hogares que reciben remesas incrementan en alrededor de 30 por ciento su ingresos, lo que se eleva en estados con menor producto interno bruto per cápita, dado que el promedio en la región sur es de 40 por ciento.
Podemos asumir que un hogar receptor de remesas cuenta con ingresos que le permiten salir de la pobreza, pues estos recursos en dólares les ayudan con sus gastos corrientes e incluso para el pago de sus viviendas
, señala Cervantes.
Según el Cemla, las entidades con menor producto per cápita reciben mayores remesas con relación al tamaño de la economía local. Esto significa, por un lado, que las remesas contribuyen a moderar los diferenciales entre los productos per cápita de las entidades del país y, por otro, sugiere que los estados con los menores productos per cápita han sido los principales expulsores de migrantes al exterior.
Los hogares receptores de remesas se ubican con mayor frecuencia en localidades de menor tamaño y en el sector rural, donde hay menos oportunidades de empleo y de obtención de ingresos laborales, y que tienen menos acceso a las distintas modalidades de la seguridad social, lo que implica que un mayor porcentaje de sus trabajadores se ocupan en actividades informales con ingresos bajos y con alta volatilidad.
Un reporte del Banco de México señala que existe evidencia de que las remesas son un determinante relevante del consumo de los hogares en las entidades federativas del país. Por ejemplo, la contracción en el consumo privado durante el periodo de la pandemia de covid-19 (10.6 por ciento) pudo haber resultado mayor a la observada si las remesas no hubiesen mantenido durante 2020 una tendencia ascendente.