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Aube Breton invita a explorar lo que yace detrás de lo visible

El Museo Casa Estudio Diego Rivera aloja una muestra de la artista surrealista e hija del célebre poeta francés

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▲ Cartas de Aube Breton a Alan Glass, una del 15 de mayo de 1979 (izquierda) y otra del 10 de mayo de 1971. Provenientes de una colección privada, ambas forman parte de la exposición Aube Breton: Una estancia surrealista, que permanecerá hasta abril de 2025.Foto cortesía de la artista
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de noviembre de 2024, p. 2

La inauguración de la exposición Aube Breton: Una estancia surrealista en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo conmemora dos actos significativos: el centenario del primer manifiesto surrealista de André Breton (1896-1966) y el 70 aniversario luctuoso de Frida Kahlo.

En entrevista con La Jornada, Constance Krebs, representante de la asociación Atelier André Breton y directora del sitio web www.andrebreton.fr, compartió su perspectiva sobre la muestra y afirmó que Aube Elléouët-Breton (París, 1935), hija de Breton siempre deseó que el público comprendiera que, para los surrealistas, las mujeres artistas eran tan valoradas como los hombres.

Krebs, quien viajó a México este sábado especialmente desde Francia para asistir al acto inaugural, destacó cómo la obra de Aube, “nos transporta a un mundo donde el sueño, la imaginación y la magia se entrelazan en una danza de colores y objetos.

Es un juego de contrastes, un universo onírico que invita a explorar lo que yace detrás de lo visible, explicó Krebs, refiriéndose a los collages de Aube Elléouët, donde papeles gofrados, cromos, conchas y bolas de cristal se combinan con ligereza y humor particulares.

La curaduría, a cargo de Marisol Argüelles, organiza la exposición en tres secciones que ofrecen una visión profunda sobre la vida y la obra de Aube, en un contexto que resalta su vínculo con México y con figuras claves del surrealismo, como Frida Kahlo, Leonora Carrington, Alice Rahon y Bridget Tichenor.

Según Constance Krebs, “la obra de Aube Elléouët nos invita a mirar más allá de lo evidente, a sumergirnos en un juego de espejos en el que realidad y fantasía se entrelazan. La muestra se convierte en una invitación a entrar en un mundo donde los límites entre lo real y lo imaginado se desdibujan, en un juego infinito de analogías, como las que Aube planteaba en sus propios trabajos.

“Si fuera Fantomas en la bola de cristal, si fuera Escocia casándose con México, si fuera una calavera de azúcar vomitada por un volcán…” Cada una de estas frases se convierte en una puerta hacia lo desconocido, una invitación a explorar un universo lleno de posibilidades.

“La abundancia de objetos y colores en la obra de Aube Elléouët-Breton nos transporta a otro mundo, más allá de lo real. ¿Es un sueño? ¿Imaginación? ¿Magia?

El arte de Aube nos lleva a otro mundo. ¿Es un sueño? Tal vez, pero uno que nunca queremos dejar de explorar.

El primer apartado subraya la importancia de las mujeres dentro del movimiento surrealista. Obras de Carrington, Tichenor y Rahon, esenciales en la difusión del surrealismo en México, se presentan junto a las de Aube, creando un puente entre el arte francés y el mexicano.

Argüelles destacó cómo el surrealismo nacional absorbió elementos del arte popular, creando una fusión única que se refleja en la obra de las artistas que formaron parte del círculo cercano a Jacqueline Lamba, madre de Aube.

El segundo núcleo, que reúne fotografías, documentos y pinturas, también aborda el vínculo profundo entre Aube y el artista canadiense Alan Glass, quien, al igual que su amiga, compartió una visión del arte profundamente surrealista.

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▲ Aube Breton de 27 años, en la Rue Fontaine, en 1962.Foto cortesía de la artista

Parte de la correspondencia entre ambos, incluida en la exposición, permite comprender su amistad, pero, sobre todo, el cuerpo de trabajo conjunto que reflejaba su particular visión del mundo. Para Argüelles, este intercambio artístico y epistolar es un testimonio de cómo dos mentes creativas pudieron encontrar un lenguaje común, pese a estar separados por continentes, y la manera en que ese lenguaje genera nuevas formas de entender y de reinterpretar el arte.

Durante su estancia en México, Aube –con sólo ocho años– vivió en la Casa Azul, hogar de Frida Kahlo, lo que marcó un antes y un después en su obra. La influencia de Kahlo en ella es innegable, no sólo por la cercanía que compartieron, sino por el ambiente creativo y único que se respiraba en dicho hogar.

De esa época surgieron los primeros experimentos artísticos de Aube en el collage, técnica surrealista que le permitió explorar nuevas formas de expresión mediante la combinación de elementos cotidianos con un toque de azar, tal como predicaba su progenitor, André Breton, reconocido como el padre del surrealismo.

En la tercera sección se expone el legado de Aube Elléouët-Breton como creadora independiente, más allá de ser la hija del célebre escritor, poeta y ensayista francés.

Marisol Argüelles añadió que para Aube, el collage era una forma de construir el objeto artístico a través del azar, proceso que transformaba lo ordinario en extraordinario. Mediante este trabajo, Aube reflexionó sobre su propia vida y sus experiencias en nuestro país, además de que también contribuyó al surrealismo con una propuesta fresca y transformadora.

Esta técnica, característica del movimiento, le permitió reinterpretar el mundo de manera única, revelando nuevos significados a partir de lo inesperado.

Aube Breton, hija única de André Breton y Jacqueline Lamba, se desempeñó como asistente social, concejal municipal en la Mairie de Saché y durante 10 años colaboró con la asociación internacional Terre des Hommes, que apoya la integración de niños y jóvenes extranjeros en Francia.

Colaboró con su esposo, el pintor, escritor, dibujante y novelista Yves Elléouët en la transcripción de sus manuscritos. Desde la década de los años 70, Aube Breton ha expuesto de manera individual y colectiva en varios países.

Esta muestra honra la figura de Aube Breton, pero también rinde homenaje al legado del surrealismo en México, que encontró un terreno fértil en las décadas de 1930 y 1940. El surrealismo fue una corriente vanguardista de carácter político que buscaba transformar al individuo y a la sociedad, algo que está presente en los textos de André Breton y en la forma en que sus seguidores, como Aube y Alan Glass, continuaron este legado, concluyó Marisol Argüelles.

Al acto inaugural también acudió Alejandra de la Paz, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

La muestra Aube Breton: Una estancia surrealista se puede visitar de martes a domingo de 10 a 17:30 horas en el Museo Casa Estudio Diego Rivera (Altavista y Diego Rivera s/n, colonia San Ángel Inn, alcaldía Álvaro Obregón).

El entrada cuesta 45 pesos y es gratuita los domingos. Concluye el 25 de abril de 2025.