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En el gabinete del republicano pesan la lealtad, la recompensa y el negocio
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▲ Matt Gaetz, nombrado secretario de Justicia en el próximo gabinete, con un invitado en la gala del America First Policy Institute celebrada en Mar-a-Lago, Florida, el pasado jueves.Foto Afp
Corresponsales
Periódico La Jornada
Martes 19 de noviembre de 2024, p. 21

Washington y Nueva York., Donald Trump está seleccionando a su gabinete y jefes de agencias casi exclusivamente con base en la lealtad al próximo jefe supremo, y no por ser expertos o calificados, con lo cual buscará consolidar su poder personal para transformar partes claves del gobierno y también recompensar a los donantes ricos que invirtieron en su campaña (resulta que no fue sólo por apoyo, sino por negocio).

Aunque la falta de experiencia y hasta acusaciones contra algunos de los nombrados para encabezar el Departamento de Justicia y el Pentágono han provocado titulares, Trump y su equipo de transición ya trabajan para asegurar que el Senado ratifique a los nominados y, si no, que le permitan instalarlos sin aprobación legislativa a través de una maniobra parlamentaria.

En 2016, el triunfo de Trump fue una sorpresa para casi todos, incluyendo el propio magnate, e integrantes de su equipo han admitido que no estaban preparados para tomar el poder. Muchos de los secretarios y jefes del Departamento de Justicia y de las fuerzas armadas revelaron después de salir de su gobierno que habían desobedecido o desviado órdenes del mandatario por considerarlas peligrosas y anticonstitucionales.

Por ello, al nombrar a cómplices leales a su gabinete en formación, como el ex diputado Matt Gaetz, quien será secretario de Justicia, el comentarista de Fox News Pete Hegseth en la Defensa y la ex diputada Tulsi Gabbard, jefa de inteligencia –todos sin experiencia en esas secretarías–, Trump supone que serán leales sólo a él. De hecho, durante la campaña el próximo presidente prometió que realizaría una purga de lo que llama el gobierno permanente, que incluye a altos burócratas en los departamentos de Justicia, Defensa y las agencias de inteligencia, y hasta proceder penalmente contra algunos que se atrevieron a criticar o no cumplir sus órdenes durante su primer periodo.

Asesores de Trump han filtrado a medios que ya han preparado listas de funcionarios en Justicia –el mandatario ha amenazado abiertamente al fiscal especial Jack Smith, encargado de dos casos criminales contra el ex presidente–, Defensa e Inteligencia que podrían ser cesados en los primeros días de la nueva presidencia (algunos, como Smith, ya se están retirando).

Claramente desea el poder con el propósito de derrocar las prácticas establecidas de gobernar, explicó el ex senador republicano John Danforth al Wall Street Journal. Adam Jentleson, asesor demócrata en el Senado, agregó: es imposible observar lo que se pinta aquí y no ver un presidente con la intención de tomar un nivel de control sin precedente.

A la vez, Trump también está buscando asegurar no sólo el control total de su equipo y gabinete, sino también sobre el gasto federal. Por ejemplo, el Congreso aprobó una ley en 1974 requiriendo que el mandatario gaste fondos sobre las prioridades establecidas por la legislatura, pero como candidato, el republicano declaró que esa ley no es constitucional y que buscará anularla, algo que es posible, ya que el presidente electo tiene a la Suprema Corte alineada a él.

Detrás de esto no sólo está la consolidación de mayor poder ejecutivo, sino también razones empresariales. Cambiar esa ley será parte clave para la tarea otorgada por Trump a los multimillonarios Elon Musk y Vivek Ramaswamy de hacer más eficiente el gobierno. Musk ha propuesto reducir el presupuesto federal de 7 billones por 2 billones en dos años y reducir el número de agencias federales de más de 400 a 99. Recortes de esa magnitud enfrentarían amplia oposición de ambos partidos en el Congreso y los intereses que representan, y analistas dudan que algo tan ambicioso sea viable. Pero reducir las agencias federales podría resultar en miles de millones de dólares en nuevo negocio para el sector privado que se encargaría de esas tareas antes realizadas por el sector público.

Los donantes más grandes esperan rendimientos de sus inversiones, fue el titular del New York Times este fin de semana al citar una larga lista de millonarios que esperan ser beneficiados por el nuevo gobierno. La empresa privada de prisiones GEO Group, por ejemplo, comentó a ejecutivos de Wall Street que esperan que la deportación masivas de indocumentados llene decenas de miles de espacios en sus centros de detención.

Cumple a donantes millonarios

En abril, en una cena en su club Mar-a-Lago, en Florida, Trump fue explícito al comentar a sus invitados –ejecutivos de empresas petroleras– que si contribuían colectivamente con mil millones de dólares a su campaña, él se comprometería a revertir regulaciones ambientales impuestas por el gobierno de Joe Biden sobre ese sector, ampliar las exportaciones de gas líquido, congeladas en el gobierno actual, y poner fin al crédito fiscal para vehículos eléctricos. Trump ya ha empezado a cumplir al nombrar a Chris Wright, ejecutivo de una empresa de fracking como su próximo secretario de Energía y prometió que desde su primer día en la Casa Blanca anulará las regulaciones ambientales sobre el sector petrolero.

Ejecutivos en empresas de tecnología militar también contribuyeron con millones a la campaña de Trump, reportó el New York Times, y ahora esperan ser recompensados con contratos en torno al presupuesto militar de 850 mil millones de dólares que antes sólo se ofrecían a las empresas de defensa tradicionales. Por otro lado, inversionistas en criptomonedas irritados por actuales regulaciones a su sector también invirtieron en la campaña de Trump, quien al triunfar incrementó el precio de la criptomoneda más popular, bitcóin, en anticipación de lo que viene con el nuevo gobierno.

El mayor beneficiado por el triunfo de Trump –quien no ha sido nada discreto– podría ser el hombre más rico del planeta, Elon Musk. Una investigación del Times reveló que el año pasado, Musk gozaba de casi 100 contratos con un total de 17 diferentes agencias del gobierno federal por valor total de unos 3 mil millones de dólares.

Parte del mensaje central de la campaña de Trump fue denunciar que una clase corrupta de políticos y funcionarios tenían el control del gobierno y que él se encargaría de drenar el pantano de Washington. Es posible que Trump cumplirá en parte su promesa y sacará a funcionarios corruptos, pero todo indica que sólo los sustituirá con los suyos.