Un kilo de fentanilo genera medio millón de dosis mortales, pero las agrupaciones criminales pueden obtener muchas más, hasta el doble, planteó la doctora especialista en farmacología y adicciones, Silvia Cruz Martín del Campo, quien destacó que es importante que la población entienda que este opioide está hecho para adulterar drogas como la heroína y no tiene la formulación farmacéutica.

Por lo anterior, no hay que irse bajo ninguna circunstancia por la prohibición de medicamentos opioides que son indispensables. Cuando se dice que el fentanilo mata, y sólo eso es lo que escuchamos, al llegar al hospital y firmar que se recibió fentanilo, ¿qué se va a penar? Por eso hay que hacer la distinción entre el fentanilo farmacéutico y el de la calle.

En el simposio Adiciones y Nuevas Sustancias, organizado por el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix (CESMF), indicó que no sólo existe un tipo de fentanilo. Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes son alrededor de 150, entre precursores y fentanilos.

María Elena Medina Mora, coordinadora del Seminario de Estudios sobre Globalidad de la UNAM, que entre otros aspectos analiza el consumo de fentanilo, comentó que aproximadamente desde 2018 entró por la frontera norte a México, y los grupos delictivos la comenzaron a mezclar con heroína.

Destacó que la ventaja para los que venden fentanilo es que es una sustancia que es micropequeña. En la punta de un lápiz puedes tener varias dosis. No tiene el problema de la heroína que se debe sembrar el opio y convertirlo en esa droga; es un proceso largo. La producción en laboratorios (de traficantes) es rápida, siempre y cuando se tengan los precursores.

Puesto que es una sustancia que fácilmente puede provocar sobredosis, es 50 veces más potente que la heroína, la ex directora del Instituto Nacional de Siquiatría, expuso a La Jornada que en México se debe desclasificar la naloxona como sustancia peligrosa porque revierte las sobredosis de opioides.

Esta sustancia no genera adicción; permite que la persona pueda respirar y no morir en corto tiempo. La versión en Estados Unidos es inahalada; con la heroína se necesita una dosis y con fentanilo dos.

Añadió que ya en muchos países se ha desclasificado. La Organización Mundial de la Salud ha expresado que no debe estar restringida, pero en México no ha ocurrido esto. Acá tenemos el medicamento en forma inyectada. Una persona con sobredosis tiene que conseguir un doctor que tenga recetas para medicamentos controlados, después ir a la farmacia a comprarla y luego que alguien la inyecte, es una locura, antes de eso ya se murió.

José Manuel Castrejón, director del CESMF, acotó que si la naloxona estuviera más disponible, los primeros respondientes podrían valerse de este recurso. En Estados Unidos los policías la traen y cuando encuentran a alguien con sobredosis se la administran y le salvan la vida; el tiempo que se invierte en llegar a un hospital es mortal, pero en México sigue en la categoría de sustancia controlada.