Brasilia. La policía de Brasil declaró ayer que el intento de atentado en las inmediaciones del Tribunal Supremo (Corte Suprema), en Brasilia, pone en evidencia la existencia de grupos extremistas activos, aunque consideró que el asaltante, Francisco Wanderley Luiz, actuó solo.

En tanto, el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro condenó los hechos y adjudicó lo ocurrido a los evidentes problemas de salud mental del individuo, quien era un seguidor declarado del ex gobernante ultraderechista.

Para el director de la policía federal, Andrei Rodrigues, lo ocurrido el miércoles en la capital brasileña apunta a que esos grupos extremistas están activos y que es necesaria la intervención enérgica de las autoridades.

No sólo de la policía, sino también de todo el sistema de la justicia federal, señaló.

En concordancia con las declaraciones del juez del Tribunal del Supremo, Alexandre de Moraes, Rodrigues afirmó ayer en rueda de prensa que lo ocurrido en la Plaza de los Tres Poderes no es un hecho aislado, sino conectado con otras varias acciones, informó el portal de información general G1.

Abren pesquisa por posible terrorismo

El mando de la seguridad pública informó que dio la orden de poner en marcha una investigación con base en las hipótesis iniciales sobre posibles hechos de terrorismo contra el estado de derecho, del mismo modo que se averiguará la posible participación de Wanderley Luiz en los ataques del 8 de enero de 2023.

Esta persona ya ha estado en otras ocasiones en Brasilia. Según sus familiares, incluso a principios de 2023. Todavía es pronto para decir si hubo participación directa en los actos del 8 de enero, de eso se encarga la pesquisa oficial indicó.

La ex mujer del autor de las explosiones explicó que su objetivo era matar a De Moraes, el togado estrella de Brasil que lleva la causa del asalto de los grupos de bolsonaristas contra la sede de los tres poderes el 8 de enero de 2023, de acuerdo con declaraciones que recoge el noticiero G1.

Wanderley Luiz, que residía en el estado de Santa Catarina, en el sur de Brasilia, donde se presentó como concejal del Partido Liberal en 2020, tenía una casa alquilada en Ceilandia, una de las regiones administrativas en las que se divide dicha entidad.

En ese domicilio, la policía encontró artefactos explosivos, como el que acabó con su vida, y mensajes con referencias al 8 de enero y a algunos de los detenidos aquel día en el que una turba de seguidores del ex presidente Jair Bolsonaro irrumpió en las sedes del Congreso y el Senado.

Durante el registro a la casa del atacante, los agentes tuvieron que recurrir a los artificieros para hacer detonar un artefacto que había dentro de un cajón. Hubo una explosión gravísima. Salvó a los policías, contó Rodrigues.

En la casa encontramos otros artefactos. Muchos, por sensibilidad, tienen que ser destruidos y otros materiales que hemos recopilado yo diría que son de mucha relevancia, informó el director general de la policía.

Hecho aislado

El ex presidente derechista, Jair Bolsonaro, condenó los hechos y adjudicó lo ocurrido a los evidentes problemas de salud mental del individuo, quien era un seguidor declarado del ex presidente. Ya es hora de que Brasil vuelva a cultivar un ambiente adecuado para que las diferentes ideas puedan confrontarse pacíficamente, afirmó.

Añadió que lo ocurrido es un hecho aislado, y aseguró que la defensa de la democracia y de la libertad no tendrá éxito hasta que no se restaure la posibilidad de diálogo entre todas las fuerzas de la nación.

Bolsonaro, quien no ha escatimado críticas a espacios como el Senado, llegando incluso a poner en tela de juicio la fiabilidad del proceso electoral brasileño, señaló que ahora que “las instituciones tienen un papel fundamental en la construcción de espacios de diálogo y unión.

Apelo a todas las corrientes políticas y a los líderes de las instituciones nacionales para que en este momento de tragedia den los pasos necesarios para avanzar en la pacificación nacional.