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A 50 años de Cuadernos del Tercer Mundo
U

no. Luego de la estratégica reunión de los países del BRICS+ (Kazán, 23-24/10/24), y en vísperas de la cumbre del G20 (Río de Janeiro, 18-19 de noviembre), cuatro universidades cariocas celebraron un encuentro para analizar el legado de la épica revista Cuadernos del Tercer Mundo ( CTM), que marcó un hito en el periodismo de AL y el Caribe (1974-2006).

Dos. Coordinado por la doctora Beatriz Bissio, el seminario Periodismo y democracia contó con la presencia de comunicadores brasileños, investigadores de Indonesia y Canadá, y ex corresponsales de CTM que, en su momento, contextualizaron la problemática neocolonial distorsionada por las agencias de noticias occidentales.

Tres. En un ensayo publicado a finales de 2015, Beatriz apunta que la idea de CTM fue impulsada por Neiva Moreira (1917-2012), legendario periodista y político brasileño que en Argel cubrió la cuarta conferencia de los Países No Alineados (Noal, septiembre de 1973). Allí, Neiva estableció contacto con líderes de los países independizados y movimientos de liberación de Asia y África. Dato luctuoso: Salvador Allende asistió a la conferencia, y dos días después de terminada la cumbre, a su regreso a Chile, fue derrocado por el golpe fascista del 11 de septiembre.

Cuatro. Neiva volvió de Argel con la misión de difundir los temas debatidos por los Noal. En particular, la urgente necesidad de impulsar un nuevo orden informativo internacional (NOII), que ineludiblemente debía acompañar los ideales económicos y políticos del ayer llamado Tercer Mundo, y hoy Sur-Global. Un desafío que numerosos teóricos de la comunicación, venían tratando desde 1960.

Cinco. Para entonces, Neiva y Beatriz residían en Buenos Aires, exiliados por las dictaduras militares de Brasil y Uruguay. Pero no andaban solos. Con ellos, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Eric Nepomuceno y el periodista argentino Pablo Piacentini, fundador de la agencia Inter Press Service (IPS, 1964), dirigida por el economista italo-argentino Roberto Savio.

Seis. En un contexto setentista, apareció el primer número de los CTM (septiembre de 1974), que pronto concitó el entusiasmo de periodistas, académicos, intelectuales, investigadores y líderes políticos. Sin embargo, tras la muerte del presidente Juan Domingo Perón (1º de julio), tres encapuchados de la Alianza Anticomunista Argentina visitaron a Neiva y Beatriz en horas nocturnas, dándoles 24 horas para salir del país.

Siete. El equipo de CTM se reagrupó en Perú, aunque en momentos en que empezaba a derechizarse el proceso nacionalista liderado por el general Juan Velasco Alvarado. Finalmente, Neiva y Beatriz relanzaron los CTM en México (1976), a más de una edición en inglés para Estados Unidos y las naciones del Caribe, a cargo del mexicano Fernando Molina. Y otra en portugués, en Lisboa.

Ocho. Mi experiencia como corresponsal de CTM transcurrió de 1978 a 1982 en Ecuador, que con el presidente Jaime Roldós encabezó la recuperación de la democracia en AL. Roldós fue el primer gobernante que viajó a Managua, para extender la solidaridad de su pueblo a la revolución sandinista (1979). Cosa que la siniestra Operación Cóndor, urdida por Washington y la CIA, con los regímenes de la seguridad nacional del Cono Sur, apuntaron en su agenda de prioridades.

Nueve. En efecto, con la llegada de Ro­nald Reagan a la presidencia (enero de 1981), los aviones de los líderes tercermundistas empezaron a sufrir misteriosos percances técnicos. El que transportaba a Roldós, su esposa y el ministro de Defensa estalló en vuelo (24/5/1981) y, semanas después cayó el del general velasquista Rafael Hoyos, comandante en jefe del Ejército de Perú (5/6/81). Y el general panameño Omar Torrijos pereció tras la caída de su helicóptero (31/7/1981). Nada distinto a la suerte deparada por el régimen racista de Sudáfrica a Samora Machel, líder independentista de Mozambique (19/10/1984).

Diez. CTM entrevistó a líderes como el propio Roldós, Torrijos, Velasco Alvarado, Machel y Fidel Castro y junto con otros, a Nelson Mandela, Yasser Arafat, Muammar Khadafi, Saddam Hussein, Agostinho Neto, Julius Nyerere, y el irlandés Sean MacBride, director del histórico informe que analizó los desafiós del NOII ( Un solo mundo: voces múltiples , Unesco, 1980).

Once. En los últimos párrafos del ensayo referido, Beatriz Bissio se pregunta qué podía hacer frente al poder de las grandes corporaciones de los medios, una revista lanzada por periodistas independientes, sin una gran estructura y sin grandes capitales detrás. “Puede parecer –apunta– una empresa quijotesca… ¡y lo era! Pero el proyecto estaba sostenido en la convicción del grupo fundador, y de los numerosos colaboradores que se sumaron a lo largo de años, de que un grano de arena hace a la diferencia en el desierto”.

Doce. Inspirados en los principios de la Conferencia Afro-asiática de Bandung (Indonesia, 1955), y en el Movimiento de los Países No alineados (Belgrado, 1961), los ideales de CTM y el NOII continúan vigentes. Y al BRICS+ compete retomarlos.