Domingo 3 de noviembre de 2024, p. 8
En América Latina y el Caribe, más de la mitad de las mujeres tienen personas a su cargo y no participan en el mercado formal de trabajo debido a las responsabilidades familiares de cuidado, y en el caso de los hogares en mayor pobreza la brecha se amplía, establece el manual La perspectiva de género en las infraestructuras de cuidado en América Latina y El Caribe. El análisis elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) y ONU Mujeres añade que ellas realizan en promedio el triple de labores de cuidado que los hombres en la región y expone la necesidad de que el diseño de los sistemas de cuidados se haga desde una perspectiva integral y de género para modificar la tradicional división sexual del trabajo.
El estudio refiere que, en noviembre de 2022, durante la 15 Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, realizada en Argentina, los estados miembros aprobaron el Compromiso de Buenos Aires, que guía la acción política de los próximos años para avanzar hacia una sociedad del cuidado.
La Unops y ONU Mujeres destacan la urgencia de crear agendas en torno a los cuidados y al desarrollo de sistemas integrales en el rubro, que contemplen obras de infraestructura, equipamientos y servicios que respondan a la desigual distribución del trabajo doméstico entre mujeres y varones y al déficit de cuidados que enfrentan los países
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Precisa que la denominada crisis de cuidados
se debe al aumento de la esperanza de vida en América Latina y el Caribe, lo que en términos demográficos ha supuesto el aumento del número de población adulta que requiere de cuidados y también se explica por la incorporación masiva de mujeres al mercado laboral –principalmente al informal– a partir de la década de los 90.
Esto ha producido en la mujeres una tensión con tareas que tienen socialmente asignadas, por lo que este sector ahora es responsable de producir, pero además mantienen su rol en las tareas reproductivas, lo que lleva a una sobrecarga que limita sus autonomías y consume sus tiempos
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La situación desventajosa que experimentan las mujeres en relación con las tareas de cuidado se agudiza por la deficiencia en las infraestructuras, equipamientos y servicios que tienen los territorios para aliviar y redistribuir dichas tareas. La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo produce una mercantilización de los cuidados y del trabajo doméstico que pasa a ser trabajo remunerado y en la mayoría de las ocasiones precarizado.
El documento destaca que los cuidados siguen siendo asociados a las mujeres a causa de un mandato social estereotipado y a una visión biologicista que pasa por alto las influencias sociales, culturales y políticas que también contribuyen a la construcción y desigualdad de género.