e debe a Justo Sierra que en 1910 fuera fundada la Universidad de México. No fue buena idea, según las ulteriores intenciones autonomistas, adosar su creación a las fiestas del centenario de la independencia, pero es el caso de que, entre la apertura y la objeción de su autonomía, hasta donde ésta es posible, por casi todo el país transitó el proceso revolucionario que ha calado más hondo.
De cualquier manera, desde que la Casa de Estudios dejó de ser vasconcelista y Vasconcelos dejó de ser revolucionario, han pasado varias generaciones de universitarios que, en términos generales, podemos presumir que engrandecieron a la venerable institución y la convirtieron en uno de los principales motores del desarrollo nacional.
Pero no es el único: en todo el occidente del país, especialmente durante los últimos 35 años, también mi alma mater, la Universidad de Guadalajara, misma que alcanzó oficialmente su autonomía
hace ya tres décadas, ha desarrollado un importante papel.
Para los poco conocedores debe advertirse que hay en dicha ciudad otra institución educativa que se hace llamar autónoma
, solapada irónicamente durante muchos años por la propia UNAM, que viene a ser todo lo contrario de ésta: reaccionaria, dictatorial, clasista e intolerante, aparte de su bajísimo nivel académico en casi todas sus áreas…
Pero el tema es que causa satisfacción que la UNAM recuerde cada año su fundación y la festine. El año próximo cumplirá 115 y, al parecer, lo mismo que éste 2024, no pasará desapercibido.
Justamente el pasado 12 de octubre, la Universidad de Guadalajara, gestada por un personaje de singular valía como fue José G. Zuno, al frente de una cauda de gente ilustre y bienintencionada, fundaron en 1925 la Universidad de Guadalajara, cuyo primer rector fue un ilustre jalisciense, de vida lamentablemente efímera, llamado Enrique Díaz de León (1893-1937).
Supongo que sus autoridades actuales estaban engrasando las armas para que el centenario resultara en verdad rumboso. Vale reiterar que la U. de G. ha tenido paréntesis obscuros, pero nadie puede negar que en mayor o menor grado ha influido siempre en el desarrollo, no sólo de Jalisco, sino de todo el occidente y también, en parte, del noroeste mexicano.
En los próximos meses habrá oportunidad, espero, de hablar un poco de los beneficios que dicha institución, que a pesar del gobierno que padece Jalisco, ha derramado por toda la entidad y su vecindario.
Pero desde hace tiempo se columbra el mechón de pelos en la sopa, constituido por un sector de la comunidad, añorantes de la dominación española que insiste en ligar dicha Universidad creada por un gobierno emanado de la Revolución, con una escuálida Real y Literaria Universidad de Guadalajara de muy corta y más triste vida, creada en 1792 y que, con aperturas y cierres y poquísimas realizaciones cuando eran conservadores los gobiernos de Jalisco, cascabeleó hasta 1860.
Aparte de que dicha institución casi nunca lo fue del todo
, su espíritu era diferente al de las universidades modernas, entre otras cosas por el significado de la palabra universidad, que ahora quiere decir apertura
y refiere a lo universal
. En aquel entonces, se refería a claustro
, conglomerado
, etc. Todo lo contrario que hoy.
Con muy buen criterio, la UNAM recuerda sus antecedentes históricos, pero no reconoce paternidad alguna de una universidad sobre la otra, a pesar de que la “Real y Pontificia-2 tuvo una vida efectiva seis o siete veces más larga que la de Guadalajara.
Pensar que la mayor antigüedad y, sobretodo, las relaciones con la Corona española le dan prestigio a la institución, es una muestra de que la mentalidad de colonizados de que adolecen ciertos tapatíos, como aquellos que invierten sus recursos, a veces ya no tan suculentos, en conseguir certificados de nobleza u órdenes
y condecoraciones de quienes siguen suspirando por los tiempos de la dominación española, cuando la sociedad estaba debidamente estratificada
, sigue causando estragos…
Aunque duela decirlo, gente de esta calaña no falta entre las huestes de los llamados cariñosamente leones negros
.