Un fundador
ías de muertos, gente que se va, almas que regresan. El pasado 17 partió Antonio Coronado, escritor y fotógrafo sinaloense, de quien nos despedimos o despediremos (o no) con esta columna.
Un año menor que yo, estudió filosofía, creación literaria, coordi-nación de talleres literarios y desarrollo cultural comunitario, intereses que lo llevaron a fundar en 1991 el Festival Internacional de las Artes Navachiste, del que hasta su fallecimiento fue director y cuyo centro es el premio de poesía joven del mismo nombre (entre los premiados: Vidal Flores, Yaxkin Melchi, Zaría Abreu, Gabriela Puente, Hortensia Carrasco, Carlos Nóhpal, Rubén Rivera, Laura García Dueñas, Jhonnatan Curiel…). Celia Cortés, quien falleció en 2012, fue su infatigable compañera en el emprendimiento.
La isla de los poetas, antología respectiva preparada por Ricardo Baldor con motivo del aniversario 25 del premio, vio la luz en 2017. ¿Por qué la isla
si Navachiste es bahía? Baldor: Pienso que las personas ven el lugar como una isla; no hay caminos ni veredas por donde lleguen, todo es por mar
.
Dolores Castro, Francisco Cervantes, Juan Bañuelos, Efraín Bartolomé, Carlos López y José Ángel Leyva son algunos de los maestros que han participado en el festival, dando talleres y/o fungiendo de jurados.
Excepto en la pandemia, teatreros, músicos, pintores, escultores, danzarines y estudiosos del fenómeno artístico se han dado cita en el encuentro desde su fundación hasta este 2024. Y vendrá (Baldor) el 25
.
Lecturas, conferencias, talleres, puestas en escena, música en vivo, clases de baile popular, pilates, cine, fogatas…, todo en un ámbito mezcla de concentración y esparcimiento, ocurre en ese camping entusiasta del derecho al arte y a la relajación.
En el principio, a “un grupo de disparatados e imprudentes, tocados por la gracia de liar arte y naturaleza, la intuición y el cansancio los llevaron a Carrizo Colorado ( Siquiribaca, según la denominación indígena), lugar inhóspito y bello frente al océano”. En dicho grupo iba Antonio. Eran pescadores-campesinos-indígenas, investigadores sociales, artistas, poetas; algunos cuyo quehacer se alimentaba de la nada: la búsqueda
. Ahí iba Antonio Coronado, piedra de fundación.
El día 19 de los corrientes, desde el Centro Cultural de Corerepe, una batucada acompañó al cementerio su restos mortales.