Sábado 12 de octubre de 2024, p. 19
En 1945, Estados Unidos arrojó dos bombas atómicas sobre Japón, que constituyen los dos únicos ataques nucleares de la historia. La primera cayó en Hiroshima el 6 de agosto y mató a 140 mil personas; la segunda, tres días después, fue arrojada en Nagasaki, provocando 74 mil víctimas mortales, unos días antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Japón es el único país contra el que se han utilizado armas nucleares, mientras Estados Unidos es el único país que ha lanzado bombas atómicas contra población civil y no ha sido juzgado por ello en tribunales internacionales.
Hace casi ocho décadas la población de Hiroshima fue aniquilada por la bomba atómica Little Boy, enviada en el avión bombardero Enola Gay, por órdenes del presidente estadunidense Harry S. Truman.
Con un calor de 4 mil grados centígrados, una fuerza equivalente a muchos soles unidos, a las 8:15 de ese día, la primera detonación de fusión nuclear arrasó un radio aproximado de 4.5 kilómetros, el cual quedó destruido por completo.
Bajo el hongo atómico, según el recuento del Boletín de Científicos Atómicos, los rostros y viviendas de 140 mil habitantes se desvanecieron.
El equipo reconoce que esta cifra es sólo un estimado, ya que el total de decesos y personas heridas aún se desconoce, pues sólo la mitad murió el día de los bombardeos.
Entre las víctimas, de 15 al 20 por ciento perdieron la vida a raíz de lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia y cánceres producto de la exposición a la radiación liberada por las bombas.
El 9 de agosto, una segunda bomba atómica, conoida como Fat Man, fue arrojada a las 11:02 de la mañana sobre la ciudad japonesa de Nagasaki; mató a unas 74 mil personas y dejó un saldo de al menos 60 mil heridos.
Esas bombas fueron las primeras armas de destrucción masiva en utilizarse en una guerra y estaban hechas con material radiactivo fisionable de uranio 235 y plutonio 239.
La fisión nuclear es un fenómeno de los átomos radiactivos que les permite romper el núcleo del átomo y generar una gran cantidad de calor que libera radiación ionizante.
Seis días después de la detonación sobre Nagasaki, el 15 de agosto de 1945, el imperio de Japón anunció su rendición incondicional ante los Aliados, haciéndose formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación. Con esa decisión concluyó la Segunda Guerra Mundial y Tokio adoptó los Tres Principios Antinucleares que le prohibían poseer, fabricar e introducir armamento atómico.
Después de esta conflagración, Japón también renunció al derecho a hacer la guerra por sí mismo, mantiene fuerzas de autodefensa
y depende de Estados Unidos para su protección.