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Choque de civilizaciones o aprendizaje mutuo entre civilizaciones
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▲ Un grupo de turistas chinos en la Ciudad Prohibida, en Pekín.Foto Ap
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as diferentes civilizaciones sólo pueden complementarse entre sí y mejorar sus fuerzas mutuas a través de la comunicación, avanzando así aún más en el progreso de la civilización humana.

El 28 de septiembre de 2024 se conmemora el cumpleaños número 2575 de Confucio. Como uno de los más grandes pensadores de la historia de la humanidad, es conocido por muchas ideas sobresalientes, una de las cuales es promover el aprendizaje mutuo entre civilizaciones. Hoy día, el aprendizaje mutuo se ha convertido en una idea fundamental en la Iniciativa de Civilización Global propuesta por China.

La diversidad de la civilización humana es la característica básica del mundo y la fuente del progreso humano. Las diferencias ideológicas, de sistemas sociales y de modelos de desarrollo no deben convertirse en obstáculos para el intercambio de civilizaciones humanas, ni mucho menos en motivos de confrontación. Ante cambios trascendentales no vistos en un siglo, la necesidad de seguir promoviendo el aprendizaje mutuo entre civilizaciones se ha vuelto cada vez más prominente.

En primer lugar, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a promover la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad. El objetivo final de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad es establecer asociaciones basadas en la igualdad y el entendimiento mutuo, crear un marco de seguridad justo y equitativo basado en el desarrollo compartido, buscar el crecimiento inclusivo, promover intercambios culturales armoniosos pero diversos y construir un sistema ecológico que respete la naturaleza y apoye el desarrollo verde.

Por lo tanto, es evidente que el concepto de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad tiene como objetivo el bienestar de toda la humanidad. Este concepto abarca tanto consideraciones realistas como una visión orientada al futuro. No sólo pinta una imagen de una hermosa visión, sino que también proporciona caminos prácticos y planes de acción. De hecho, este objetivo no se puede lograr de la noche a la mañana, pero la humanidad no debe abandonar el coraje y la valentía para perseguirlo.

En segundo lugar, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones contribuye a promover la globalización. La globalización es un camino inevitable para la sociedad humana, un requisito para el desarrollo de la productividad social y un resultado inevitable del progreso tecnológico. También representa una tendencia hacia un mundo más unificado. En esta tendencia, la división internacional horizontal del trabajo es cada vez más importante, la asignación de recursos se extiende cada vez más allá del ámbito de los estados-nación y la interdependencia entre los diferentes países es cada vez mayor. Por tanto, la globalización está transformando el mundo en una comunidad de destino compartido, donde la prosperidad o adversidad de uno está ligada a la de todos.

Sin embargo, en este proceso, los estados-nación no han desaparecido y siguen existiendo diferencias en civilizaciones, ideologías, sistemas sociales y modelos de desarrollo entre ellos. Además, junto con el avance de la globalización, a menudo hay una reacción violenta y persistente de los movimientos antiglobalización que con frecuencia provocan problemas. Por ello, para garantizar el progreso continuo de la globalización, es esencial adherirse a los principios de igualdad, beneficio mutuo, aprendizaje mutuo, diálogo e inclusión para que la globalización siga avanzando en el fortalecimiento del aprendizaje mutuo de las civilizaciones y superando las diferencias entre los diferentes intereses nacionales.

En tercer lugar, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a mantener la paz mundial. A medida que la globalización sigue avanzando, el mundo se ha convertido en una aldea global, con un nivel de interdependencia entre los países que aumenta continuamente. Aunque la paz y el desarrollo son los temas principales de la actualidad, todavía hay muchos factores que obstaculizan la paz y el desarrollo en el mundo, y el déficit de paz persiste. Por esta razón, el mantenimiento de la paz mundial y la promoción del desarrollo mundial siguen siendo los sueños y las aspiraciones permanentes de la humanidad.

La teoría del choque de civilizaciones de Samuel Huntington es indudablemente defectuosa, pero a lo largo de la historia de la humanidad, los conflictos entre civilizaciones han llevado a guerras u otros tipos de enfrentamientos mortales, por lo cual superar las brechas y los malentendidos entre las diferentes civilizaciones, acercarse a otros países y pueblos con una actitud de igualdad e inclusión, abandonar las nociones de superioridad, arrogancia y prejuicio de la civilización, profundizar la comprensión mutua y la tolerancia, y aprender unos de otros mientras se avanza conjuntamente son siempre métodos esenciales para mantener la paz y el desarrollo mundiales. La historia nos demuestra una y otra vez que, sin un aprendizaje mutuo entre las civilizaciones, surgirán distancias y barreras entre las personas, las naciones y los países, lo que aumentará la dificultad de la coexistencia pacífica y aumentará el riesgo de conflictos y guerras.

En cuarto lugar, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a mantener y promover los valores compartidos de toda la humanidad. La paz, el desarrollo, la equidad, la justicia, la democracia y la libertad son valores compartidos por toda la humanidad. Estos valores compartidos no son sólo la base de la comunidad con un futuro compartido para la humanidad, sino también los nobles objetivos de Naciones Unidas. Son los principios fundamentales que rigen las nuevas relaciones internacionales. Proporcionan a su vez una base de valor a fin de construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad y ofrecen una orientación intelectual para el avance de la humanidad. Reflejan el progreso inevitable de la historia desde las dimensiones nacionales hasta las mundiales y representan el mayor común denominador en la búsqueda del progreso de las diferentes civilizaciones.

Los valores compartidos de toda la humanidad buscan puntos en común entre diferentes individuos, naciones y países. Además, estos valores compartidos reconocen la diversidad y pluralidad de las civilizaciones y se esfuerzan por reducir las diferencias ideológicas, de sistemas políticos o sociales y de niveles de desarrollo. Sin embargo, las personas que viven en diferentes civilizaciones a menudo tienen comprensiones muy diferentes de estos valores compartidos. Por este motivo, para promover estos valores compartidos es esencial abogar por los intercambios y el aprendizaje mutuo entre las diferentes civilizaciones.

En quinto lugar, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a poner de relieve la diversidad y las características distintivas de la civilización humana. La diversidad es un atributo esencial de la civilización humana. Con casi 200 países y más de 2 mil 500 grupos étnicos en el mundo, las personas que viven en diferentes regiones han creado una amplia variedad de civilizaciones debido a las diferencias geográficas, climáticas, históricas, de estilo de vida, tradiciones culturales y creencias religiosas. Así, a lo largo de la historia la diversidad de civilizaciones ha sido una característica fundamental de la civilización humana y una fuente de progreso humano. En otras palabras, la diversidad de civilizaciones crea oportunidades para el aprendizaje y el progreso mutuos, y pone de relieve el valor de la civilización misma.

Indudablemente, en el futuro previsible, incluso cuando el mundo se convierta cada vez más en una aldea global, es poco probable que la diversidad de la civilización humana desaparezca. Por tanto, para preservar esta diversidad y resaltar las características distintivas de las diferentes civilizaciones, los países de todo el mundo deben defender los principios de igualdad, respeto mutuo, aprendizaje mutuo, diálogo e inclusión. A través de la comunicación y el aprendizaje mutuo, deben respetarse mutuamente, aprovechar las fortalezas y méritos de cada uno, abrazar una variedad de perspectivas y coexistir en armonía.

En sexto lugar, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a promover el crecimiento económico. Las relaciones internacionales se basan en la comprensión mutua entre las personas, y esta comprensión se basa en el intercambio mutuo de corazones y mentes. Esto puede lograrse fortaleciendo los intercambios culturales internacionales de diferentes maneras, como el comercio de productos culturales y creativos. Se pueden crear directa o indirectamente numerosas oportunidades de negocio y puestos de trabajo, fomentando así el crecimiento económico y mejorando el nivel de vida de las personas.

Por ejemplo, según las estadísticas de la Unesco, en 2019 el valor de las exportaciones de productos culturales y creativos estrechamente relacionados con el aprendizaje mutuo entre civilizaciones alcanzó 389 mil millones de dólares, lo que representa 3.1 por ciento del PIB mundial. El número de empleados en este sector constituyó 6.2 por ciento de la fuerza laboral mundial. Esto demuestra que estas acciones no sólo promueven el desarrollo de la civilización desde su propio espíritu, sino que también impulsan el progreso material.

Séptimo: el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a promover la gobernanza mundial. Problemas globales como el cambio climático, la degradación ambiental, el cibercrimen, los brotes de enfermedades infecciosas, el terrorismo y la pobreza y el hambre persistente han infligido un daño significativo a la humanidad.

La solución a los problemas mundiales radica en la gobernanza global. Dado que todos los países y todas las personas que viven en diferentes civilizaciones son víctimas de diversos problemas mundiales, es natural y esencial que todos los países y todas las personas participen activamente en la gobernanza mundial.

Cabe señalar que los diferentes países e individuos tienen diferentes comprensiones de la gobernanza mundial, y sus perspectivas sobre la gobernanza mundial pueden diferir significativamente. De acuerdo con los principios sicológicos, las creencias (como las opiniones sobre la gobernanza global) están estrechamente vinculadas a la cognición de un individuo, que a su vez está relacionada con factores tales como los sistemas políticos, los niveles de desarrollo económico, las relaciones sociales y las civilizaciones. Por ello, en la promoción de la gobernanza mundial la promoción del aprendizaje mutuo entre civilizaciones es una de las vías esenciales para superar las diferencias cognitivas en las diversas opiniones sobre la gobernanza mundial. Sólo minimizando estas diferencias cognitivas en la mayor medida posible los países pueden trabajar juntos de manera efectiva para promover la gobernanza mundial, aunar sus esfuerzos y enriquecer continuamente los conceptos y prácticas de la gobernanza mundial.

Por último, pero no menos importante, el aprendizaje mutuo entre civilizaciones ayuda a promover la superación personal y el progreso de la civilización humana. El mundo es el hogar de una gran variedad de civilizaciones. Cada civilización posee su encanto único y su profunda herencia, y cada una es un tesoro espiritual de la humanidad. Las civilizaciones no se clasifican por superioridad o inferioridad, sino que se distinguen por sus características y diferencias regionales. Debido a que todas las civilizaciones humanas son iguales en valor, cada una tiene sus fortalezas y debilidades, y por tanto ninguna civilización es perfecta en todos los sentidos, ni ninguna civilización carece por completo de mérito.

La civilización humana requiere la igualdad como base para la comunicación y el aprendizaje mutuo, lo que permite la superación personal y el progreso. El curso de la historia de la humanidad muestra que, a medida que la sociedad avanza, la necesidad de mejorar el aprendizaje mutuo entre las civilizaciones se vuelve aún más crucial. Esto se debe a que las civilizaciones se vuelven más vibrantes a través de la comunicación y más enriquecidas a través del aprendizaje mutuo. Por un lado, la diversidad es una característica fundamental del mundo y la esencia del encanto de la civilización.

Por otro lado, cada civilización del mundo lleva la herencia espiritual de diferentes países y pueblos y tiene su propia razón de ser y necesidad. Por esta razón, las diferentes civilizaciones sólo pueden complementarse y mejorar sus fortalezas mutuas a través de la comunicación, aportando así aún más al progreso de la civilización humana.

* Profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan