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Apuesta por turismo y conservación

La China rural da forma a su propia transformación

Invierte en vivienda, agua, caminos y conectividad

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▲ Aba, en la provincia de Sichuan, es una muestra de la China rural, donde conviven 56 etnias. Aunque la crianza de yak y la agricultura son las principales actividades económicas, ha empezado a incursionar en el turismo. En la última década las actividades primarias en la región crecieron 211.9 por ciento y el PIB por habitante lo hizo en 171 por ciento.Foto Dora Villanueva
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 7 de octubre de 2024, p. 24

Sichuan. Aquí no hay drones repartidores, filas de autos eléctricos ni rascacielos. La China hipertecnologizada quedó atrás y en su lugar el yak ocupa el lugar central en la forma de vida. Piel, carne, huesos, incluso los cuernos; todo se ocupa de este bovino que ha sido el sustento histórico de gran parte de las comunidades repartidas en las llanuras de Aba, donde se asienta población en su mayoría tibetana y qiang.

Constituida como prefectura autónoma dentro de la provincia de Sichuan, Aba es apenas una muestra de la China rural, pero también de la división política que expresa el crisol constituido por un territorio con 56 etnias. En la actualidad, a la crianza del yak y la agricultura en esta meseta se han sumado otras actividades económicas, como el turismo y las tareas de conservación de espacios recuperados por su riqueza paisajística y biodiversidad.

De acuerdo con la información reportada a la plataforma de datos económicos CEIC, hasta 2023 la expansión de las actividades primarias en la prefectura autónoma de Aba había crecido 211.9 por ciento en una década, en tanto que el producto interno bruto (PIB) por habitante lo hizo en 171 por ciento. La agricultura tecnificada, el turismo ecológico que conlleva tareas de conservación y la arraigada crianza del yak son las principales actividades tras el incremento de esos indicadores.

Aba es habitada sobre todo por las minorías tibetana y qiang. No enfrenta el mismo nivel de división política que las regiones autónomas –como el Tíbet, con los tibetanos; Xinjiang, con los uigures; Mongolia Interior, con los mongoles; Guangxi, con los zhuan, y Ningxia, con los huis–, pero mantiene parte de su identidad religiosa y al yak como referente de las actividades económicas. El bóvido da carne, leche y lana, y con sus huesos se producen medicamentos.

En Banyou, aldea vecina al afluente Retchu del río Amarillo, unos estandartes que combinan la estrella grande de la bandera nacional con la hoz y el martillo del Partido Comunista de China (PCCh) ondean en cada farola y el retrato del presidente Xi Jinping puede verse al centro de algunas casas. Este poblado de Aba, que tiene mil 460 habitantes, fue el primero que los soldados del Ejército Rojo encontraron luego de atravesar la región durante la Larga Marcha que consolidó el liderazgo de Mao Tse-Tung al frente del partido.

Las chozas donde los pilares eran palos y las paredes estiércol apilado de yak han desaparecido como parte de un programa de renovación de viviendas y carreteras, acceso a agua potable y conectividad digital, en el cual se han aplicado 9 millones de yuanes (poco más de 24 millones de pesos), de acuerdo con lo reportado por los representantes del PCCh en esta comunidad. En la actualidad, el desarrollo económico de la aldea de Banyou y el crecimiento de la renta neta per cápita de los agricultores encabezan la lista de todo el municipio, enfatiza Jiang Yu, secretario de la sección del partido.

Gela, un ganadero tibetano, abre su casa en un recorrido organizado por los dirigentes del PCCh en la aldea. La foto del presidente Xi Jinping es de lo primero que se ve al entrar a una pequeña estancia, que no deja de lucir lujosa. Un techo corredizo por el que pasan chorros de luz potencia la limpieza del espacio; los tapetes, las cortinas, los ornamentos y flores propios de un altar para adorar a Buda suman a la sensación de abundancia. Todo remata con una pared de bultos con cebada verde, que solía ser un símbolo de riqueza.

Gela tiene 200 cabezas de yak, de ahí que buena parte de sus ingresos provienen de la carne y leche de este animal. Sin embargo, a esta actividad ha ido sumando las entradas por turismo. La estancia en su casa cuesta mil yuanes (2 mil 748 pesos) la noche/día e incluye toda la experiencia de esta comunidad, como andar a caballo y probar la comida de la región, explica el ganadero.

En otra casa de productores de queso de leche de yak, Jiang Yu explica que la renta por la carne de yak pueden representar alrededor de 5 mil yuanes al año, pero a ello se suman las entradas por lácteos de yak, pelaje y el turismo, que tiene sus principales actividades en junio-julio. Todo, en conjunto hace que el promedio de ingresos de las familias en esta localidad alcance 100 mil yuanes al año para mantener a ocho integrantes en promedio.