Magna conferencia en la UNAM
Martes 1º de octubre de 2024, p. 10
Marxista del siglo XXI, en el auditorio de la Antigua Escuela de Medicina de la UNAM el presidente de Colombia, Gustavo Petro, rubricó su cátedra anoche reiterando su identidad: un guerrillero del siglo XX, combatiente de un grupo armado que nunca soñó que de sus filas saldría alguien que llegaría a ser presidente. Y ahora somos dos. Porque Claudia Sheinbaum fue colaboradora del M19 en sus tiempos de clandestinidad, en su primera juventud, cuando tantos compañeros nuestros buscaban refugio en México. Y ella estaba en esto
.
Es la segunda ocasión que reivindica ese lazo que une su historia con quien hoy ya es Presidenta de México.
Petro dictó una conferencia magistral en la que enlazó el desafío de la crisis climática que tiene a la humanidad en el umbral de la extinción y lo que llamó la barbarie global
. Aludió a la inamovible carrera del capital, que por la ganancia, no asume como una urgencia indispensable la descarbonización y que reta a esta generación de mujeres y hombres –no a la próxima generación, porque ellos ya son víctimas
– a emprender la revolución contra el modelo actual de producción, una revolución que ya no es, como en el siglo XX, de obreros contra capitalistas, sino de la humanidad contra el capital
.
En seguida, recordó: “El capital es el dueño de los ejércitos que están demostrando su poder destructivo. Y no es que haya un conflicto entre Israel y Palestina desde hace décadas. Es porque están diciendo miren, podemos destruirlos. Están enseñando los dientes no sólo al pueblo palestino, sino a toda la humanidad. No importan las niñas y los niños, no importa el derecho internacional humanitario, no importa que en la ONU reciban a un genocida, (Benjamin) Netanyahu. Eso significa este genocidio que estamos viendo en Gaza y Líbano.
“Nos están diciendo: nos importa un comino la extinción, aquí vamos a seguir ganando y viviendo del petróleo, del carbón y la riqueza que emite el bióxido de carbono y si tiene que morir buena parte de la humanidad, que muera.
Está puesta una carta sobre la mesa. A ver cómo va a responder la humanidad.
Y escoltado por un edecán de su comitiva abandonó el recinto universitario lleno de científicos, estudiantes y, por supuesto, colombianos, en medio de un aplauso atronador.