Carlos Sepúlveda apenas tuvo tiempo de celebrar el campeonato de la Liga Mexicana de Beisbol con Diablos Rojos después de una década de espera, y de inmediato tuvo que reportarse con el equipo que fue su rival en la Serie del Rey, Sultanes de Monterrey, donde jugará la temporada invernal para la Liga del Pacífico.

Fue muy poco tiempo, festejamos un poco, pero ese triunfo lo recordaré el resto de mi vida por el significado de ese título con Diablos; sin embargo, así es el beisbol profesional y ahora defiendo la franela del equipo al que enfrenté en la final, contó Sepúlveda en el dugout de Sultanes, en el único día que pudo jugarse en el estadio Fray Nano de la Ciudad de México, en la gira de pretemporada de la liga.

Una vez que termina la temporada de verano, muchos reportamos con equipos de la Liga del Pacífico, que es invernal. También llegan peloteros de las Grandes Ligas cuando finalizan sus campañas y eso hace que el torneo sea muy interesante, agregó Sepúlveda, quien fue prospecto con los Cachorros de Chicago.

El triunfo de Diablos Rojos en el campeonato de verano tuvo un acento histórico. La organización esperó una década para volver a ganar una Serie del Rey, y lo consiguió con una barrida precisamente a Sultanes. El escarlata ahora jugará como parador en corto a las órdenes del legendario Vinicio Castilla, mánager de la novena regia en la Liga del Pacífico.

Estar a las órdenes de un caballo (expresión que identifica a los peloteros consagrados) es un lujo para cualquier jugador profesional. Castilla es un referente del más alto nivel y hay mucho que aprender cuando se forma parte de un equipo con un mánager de ese calibre.

Sepúlveda lucía tranquilo, pero un poco decepcionado por no poder jugar en la gira de pretemporada de la Liga del Pacífico. Las lluvias que aquejaron al país hicieron imposible realizar el cuadrangular en el que participarían de jueves a domingo Sultanes, Cañeros de Los Mochis, Venados de Mazatlán y Charros de Jalisco, equipo que incluso decidió volver desde el viernes ante la poca probabilidad de que cambiara el estado del tiempo.

Apenas el sábado, las cuadrillas del Fray Nano trabajaron de manera increíble para dejar en condiciones el campo tras dos días de lluvias incesantes. Se jugó un solo partido a mediodía, en el que Cañeros venció 4-0 a Sultanes, pero al atardecer volvió la tormenta y con eso se esfumó la posibilidad de tener un partido nocturno.

Es un poco aburrido esperar, confesó Sepúlveda; no se puede hacer gran cosa, nosotros nos quedamos a trabajar en el gimnasio, hacemos algunas prácticas específicas, pero no más. Así es este juego con la lluvia, expuso.

La lluvia siempre es un elemento que condiciona el juego y uno es profesional, ya sabemos que estamos sujetos a estos acontecimientos, agregó.

Los primeros dos días la organización canceló los partidos previstos y el sábado sólo se pudo disputar un duelo. Este domingo, sin embargo, no hubo opción ante la lluvia persistente y decidieron cancelar definitivamente el torneo.