Santiago de Chile., Año y medio después de fracasar en un primer intento y a falta de 18 meses para concluir, el gobierno chileno logró aprobar un pacto fiscal que incrementará los ingresos fiscales en 1.5 puntos del producto interno bruto (PIB), unos 4 mil 500 millones de dólares anuales.

Lo que al iniciar la presidencia de Gabriel Boric se planteó como una sustantiva reforma tributaria que elevaría el impuesto a la renta personal al uno por ciento más rico del país, para recaudar hasta 11 mil millones de dólares (4 puntos del PIB) extras destinado a gasto social –financiar, por ejemplo, 290 mil cirugías pendientes en los hospitales públicos o elevar las pensiones básicas–, terminó siendo un pacto fiscal centrado en mejorar la capacidad fiscalizadora de la administración de impuestos para por esa vía reducir evasión y elusión.

De los mayores ingresos que se prevén, sólo 0.6 puntos vendrán de una subida al royalty que pagan las grandes empresas mineras.

Según un reciente informe del Servicio de Impuestos Internos (SII), en Chile el incumplimiento tributario llega 18.4 por ciento en el impuesto al valor agregado (1.8 por ciento del PIB) y a 51.4 por ciento (4.7 por ciento del producto) en el de renta corporativa, alrededor de 20 mil millones de dólares, cifras impugnadas por los gremios empresariales y que originaron un gran debate.

El plan original topó en 2022 con el bloqueo de la oposición derechista en el parlamento, que rechazó incluso la idea de legislar en marzo de 2023, obligando al gobierno a esperar un año para insistir, pero aceptando una dura negociación que implicó un rediseño total.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo que en el presupuesto fiscal de 2025, de 95 mil millones de dólares (30 por ciento del PIB) y que comenzará a discutirse en octubre, podrán incluirse mil 200 millones provenientes del proyecto aprobado esta semana, recursos que irán esencialmente a financiar un alza de la pensión garantizada universal (PGU) y mayores gastos en seguridad pública destinados a combatir la ola delincuencial que padece el país.

Hace casi un año y medio, cuando se rechazó el proyecto de reforma tributaria, dijimos que estarían celebrando los evasores y quienes los asesoran. Hoy día decimos que tendrán que prepararse, porque aplicaremos las nuevas facultades con todo rigor, porque la evasión y elusión son fuentes de tremendas injusticias, celebró Marcel.