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La justicia no olvida, señor Zedillo
I

ncreíblemente, después de 24 años el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León reapareció ante el ojo público en México, invitado para la conferencia anual de la Asociación Internacional de Abogados. En ella cuestionó la reforma judicial propuesta por López Obrador, calificándola de felonía histórica y de ser un instrumento para la destrucción del Poder Judicial.

No sería la primera vez que cuestionaría al actual mandatario. En octubre de 2023, asistió al congreso de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL): Democracia y Libertad, celebrado en Madrid, España. En compañía del ex presidente panista Felipe Calderón, emitió severas críticas hacia los gobiernos de izquierda en América Latina, advirtiendo que la democracia en México está en riesgo.

En ambas ocasiones, los ultras apegados al globalismo retomarían las palabras del ex presidente Zedillo como si vinieran de un profeta de la democracia que iluminó la penumbra; es de preocupar el cinismo con que el ex mandatario alardea de su paso por el Ejecutivo mexicano y cómo reprodujeron el mensaje personajes y medios de dudosa reputación, etiquetando al mandatario como el presidente de la transición, como si no supiéramos que quien designó a Fox fue la misma oligarquía que apoyó al PRI por 70 años.

Pero la justicia no olvida, señor Zedillo, el grueso de la población que padecimos sus años de gobernanza no olvidamos los crímenes y violaciones que dejó como un legado de impunidad y conflictos. No olvidamos el caso Aguas Blancas (1995), donde policías estatales de Guerrero mataron a 17 campesinos en un ataque, y la respuesta de su gobierno fue la falta de justicia y la impunidad en el caso.

No olvidamos, señor Zedillo, la masacre de Acteal (1997), donde un grupo paramilitar atacó a 45 personas en la comunidad de Acteal, Chiapas, que se habían refugiado en una iglesia a orar por la paz en la región. Paramilitares que mandó entrenar para asesinar, tiempo después liberándolos, dando como justificación que fue una pugna entre pobladores de las comunidades. Un caso del que usted es responsable directo.

La justicia no olvida, señor Zedillo, la violencia desatada durante su sexenio, el aumento de homicidios, secuestros, etcétera, relacionados con el narcotráfico. Se hizo evidente la complicidad entre cárteles y la policía, dejando a su paso miles de casos de violencia y violaciones a derechos humanos considerados crímenes de lesa humanidad.

No podemos olvidar la acusación que tiene en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por su falta de compromiso con las víctimas y la impunidad que tuvo con los perpetradores de crímenes, encubriéndolos. Es por ello que la Corte lo consideró responsable de violaciones de derechos humanos durante su administración.

Se vuelve inverosímil su cinismo, señor Zedillo. Es tan irreal, que vuelve al territorio que empobreció convirtiendo deudas privadas en deuda pública, privatizando patrimonio nacional y bañando de sangre regiones enteras encubriendo asesinos. No olvidamos.Tenemos la tarea de mantener viva la memoria de por qué no es bienvenido.