Londres. Daniel Dubois retuvo el título de los pesados de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) al noquear en el quinto asalto al ex bicampeón Anthony Joshua, en la primera defensa de su cinturón realizada en el estadio de Wembley

Joshua ya había sido derribado en el primer asalto, en el terce-ro y en el cuarto, antes de caer de bruces, fulminado por una derechazo recto de su compatriota británico en el quinto episodio. El réferi agotó la cuenta de 10 y dio por termina-da la contienda.

¿No se han divertido?, preguntó a gritos Dubois a un público que impuso un récord para una pelea de boxeo en Gran Bretaña desde la posguerra. Fueron sus primeras palabras al concluir el combate frente a 96 mil espectadores.

Este es mi momento, mi historia de redención, dijo Dubois, quien se convirtió en campeón de la FIB después de que Oleksandr Usyk dejó vacante el cinturón en junio. No voy a parar hasta alcanzar mi máximo potencial.

La pelea se llevó a cabo frente a esa multitud récord en Gran Bretaña de 96 mil fanáticos. Joshua llegó como favorito y buscaba emular a grandes del boxeo como Muha-mmad Ali y Lennox Lewis como tricampeón de peso pesado.

Sin embargo, fue superado en toda la línea por Dubois, quien completó su misión de legitimar su estatus como campeón de la máxima categoría del pugilismo.

Ahora, Dubois se ha colocado en posición de chocar contra el ganador de la revancha entre el campeón de la AMB, el CMB y la OMB, Oleksandr Usyk, y Tyson Fury.

Soy un gladiador, un guerrero hasta el final. Quiero llegar al nivel más alto, expresó.

Joshua prometió seguir boxeando pese a sufrir una cuarta derro-ta en los últimos cinco años. Esta fue la peor de todas, una verdade-ra paliza.

El promotor de Joshua, Eddie Hearn, afirmó que quería ejercer la cláusula que le daba derecho a una revancha frente a Dubois.

Joshua fue salvado por la campana en el primer y tercer asalto después de las caídas.

Tuve un oponente agudo, rápido; muchos de los errores fueron míos, analizó Joshua.

Dubois lució desde el inicio, dominando con el puño derecho. Para la primera vez que derribó a su contrincante con un volado de dere-cha, tenía ya el control del pleito.