El restaurante taurino El Taquito se declaró listo para comenzar una nueva historia en la que preserva la tradición culinaria de más de un siglo, ahora en su sede de la calle Miguel Noreña 25, colonia San José Insurgentes, en la alcaldía Benito Juárez

Familiares, amigos y personajes del mundo de la fiesta brava, como Rafael Herrerías, acompañaron en la inauguración a Marcos Guillén, copropietario del establecimiento, el cual por 107 años estuvo en la calle Del Carmen 69, en el Centro Histórico, donde recibió a miembros de la realeza, política, del cine, teatro y de personalidades de los medios de comunicación.

Los comensales, dijo, no sólo podrán disfrutar de platillos típicos de la gastronomía mexicana, sino también admirar su acervo fotográfico, entre cuyos personajes destacan Marilyn Monroe, Mario Moreno Cantinflas y el menú servido al papa Juan Pablo II en su primera visita al país en 1979.

Guillén comentó que de los mil 800 cuadros que se tenían cuando empezó el negocio, sólo 300 –los más emblemáticos– son los que han podido rescatar para la nueva ubicación, cuyo local cuenta con cupo para 120 personas. El lugar abre de lunes a domingo de las 13 a las 23 horas.

Al mismo tiempo, su hija Carla Guillén, chef del restaurante, indicó que los platillos por preferencia permanecen: las carnitas, los tacos borrachos y el mole poblano, pero también hay nuevos que son especialidades únicos de su cocina, por ejemplo, el aguachile de cecina de res. Estamos adaptándonos al cambio, pero cuidando la tradición.

Juan Manuel Juárez, capitán de meseros, dijo que se enfrentan a un gran reto para atraer nuevos comensales y a conservar los que ya tenían, pero confió en que al ser la misma sazón y servicio saldrán adelante.

Por su parte, Guillermo Leal, cronista taurino desde hace 38 años y amigo de la familia, sostuvo que ingresar al restaurante cuando estaba en la calle Del Carmen, en el Centro Histórico, era como entrar a un museo, ya que podías encontrar fotografías de toreros, futbolistas, artistas y cantantes; sin embargo, quienes lo frecuentábamos hacíamos hasta dos horas en llegar y no había dónde estacionarse, por lo que se congratuló de que el negocio de comida típica siga, pero ahora en otro rumbo donde no es tan difícil llegar.