a reforma al Poder Judicial ya fue promulgada y publicada, no acatarla constituye una violación a la ley. Representa la última gran derrota de la oposición. La primera fue en julio de 2018 con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, la segunda ocurrió el 2 de junio de 2024, con el de Claudia Sheinbaum, y la tercera el 15 de septiembre, cuando el primer mandatario firmó la reforma que había sido aprobada previamente por el Congreso de la Unión y más de 17 Cámaras de Diputados estatales. La imagen poderosa e inusual de los presidentes saliente y entrante en ceremonias militares produjo locura a los opositores. Aseguran que está en proceso de instaurarse un minimaximato, una autocracia, otra Cuba o Venezuela. Sin embargo, es algo distinto lo que muestra la realidad. Efectivamente, la oposición ha sufrido tres enormes derrotas los últimos seis años, pero aún así conserva fuerza y presencia que excluye la posibilidad de que en México exista una dictadura.

La fuerza de los opositores

Aunque apachurrada, la oposición conserva el apoyo de la mafia del poder y de los ex presidentes de la República –Salinas de Gortari, Calderón, Peña Nieto y Fox–, los tres primeros se han refugiado en España por el temor a una improbable acción penal. El gris Zedillo resurgió como rebelde… vía Zoom. Es una oposición multimillonaria gracias al subsidio que recibe del Instituto Nacional Electoral. Obtuvo 22 de los 60 millones de votos emitidos en los pasados comicios; gobierna 9 de los 32 estados, entre ellos algunos muy importantes –Nuevo León, Jalisco, Querétaro, Guanajuato y Chihuahua–; tiene 42 de los 128 senadores pero dos chaquetearon y por eso no descarriló la reforma judicial, y 135 de los 500 diputados federales. Además, cuenta con los principales medios de comunicación del país, la simpatía de los internacionales y su comentocracia, así como con la alta jerarquía de la Iglesia católica. Con una oposición rica y poderosa, difícilmente se puede afirmar que en México existe una dictadura y que se asemeja a Nicaragua, Cuba o Corea del Norte. Sin embargo, tiene una desgracia, o varias: su patrón, Claudio X. González es un perdedor y sus dirigentes están desprestigiados ( Alito Moreno y Marko Cortés). Y la sombra de Genaro García Luna.

¿Y el embajador?

El hiperactivo representante del gobierno de Estados Unidos ha guardado silencio los últimos días. Probablemente tiene que ver con la carta que Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard –futuros canciller y secretario de Economía de la presidenta Sheinbaum– enviaron al diario The Washington Post. Dice en su parte esencial: “Contrariamente al argumento del Post según el cual los asuntos internos de México son un asunto de interés hemisférico, esa interferencia es contraria al principio reconocido por la ONU de que las naciones tienen el deber de no intervenir en asuntos que son de la jurisdicción interna de otro Estado. Y la naturaleza específica del argumento esgrimido por el Post y (el embajador) Salazar sugiere un doble rasero: lo que es virtud en Estados Unidos es un defecto en México. Cabe destacar que en Estados Unidos muchos estados eligen (en votación popular) a los miembros del Poder Judicial”. Mejor hizo mutis el embajador.

Taylor Swift vs Elon Musk

¿Será posible que la reina mundial del pop influya decisivamente en las elecciones de Estados Unidos? Taylor Swift dijo en Instagram a sus 284 millones de seguidores que votará por Kamala Harris. Otra celebridad, Elon Musk, hace proselitismo desde su red X por Donald Trump. Lo siguen 198 millones.

Twitterati

Cerca de tres a cuatro generaciones han sido marcadas por Zedillo y no es precisamente por buenas razones: Aguas Blancas, Fobaproa y crisis económicas. ¿En verdad es la nueva voz moral de la oposición? ¡Con razón los vapulean!

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