La alimentación escolar, que cada año beneficia a 418 millones de niños en el mundo, de los cuales más de 80.3 millones viven en América Latina y el Caribe, no sólo favorece la salud y el aprendizaje de niñas, niños y adolescentes, sino también genera múltiples impactos si se vincula con la economía local, afirmaron funcionarias del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas.

Al inaugurar el décimo Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe, Carmen Burbano, directora global de la Unidad de Alimentación Escolar del PMA, destacó que cada año los gobiernos de más de 100 naciones destinan 48 mil millones de dólares a la compra de alimentos para los escolares, lo que también genera 4 millones de empleos a mujeres en tareas relacionadas con la elaboración de las comidas.

En el encuentro, que convocó a especialistas y representantes de 25 países en el Complejo Cultural Los Pinos, Dolores Castro, representante para América Latina y el Caribe del PMA, reconoció que hay múltiples desafíos para garantizar que ninguna niña, niño o adolescente sea excluido de la política social más efectiva y con mayor apoyo a nivel mundial.

La alimentación escolar es una de las acciones de política pública más exitosas, pues está comprobado que aumenta la asistencia escolar hasta en 9 por ciento, con lo que se reduce también la deserción, subrayó.

Agregó que en la región más desigual del mundo, pese a que se cuenta con sólidos programas de alimentación escolar, la cobertura aún no es universal, en un contexto de incremento de la población en condiciones de pobreza extrema y alimentaria, así como de malnutrición, que incluye los efectos de la desnutrición crónica, el sobrepeso y la obesidad infantil. Llamó a garantizar la calidad e inocuidad de los alimentos escolares, así como la sostenibilidad de los programas debido a su impacto presupuestario. En la región, detalló, el promedio de inversión por alumno es de uno a dos dólares por comida.

Al respecto, Burbano estimó que en los países de altos ingresos, entre 60 y 70 por ciento de la población estudiantil accede a programas de alimentación escolar; en las naciones de ingresos medios la cobertura es de 50 por ciento; pero en los países de bajos ingresos, la cifra cae a 20 por ciento.

En ese acto, encabezado por el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, quien afirmó que los desayunos escolares son la llave de la salud y el aprendizaje, Ruy López Ridaura, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, aseguró que aún se enfrentan desafíos, aunque destacó que en la actual administración más de 100 mil escuelas ofrecen desayunos escolares, de las cuales 65 por ciento cuentan con desayunos calientes.

Consideró urgente que el Estado asuma su responsabilidad para garantizar ambientes educativos sanos, pues aseguró que la escuela es el principal espacio obesogénico que enfrenta la infancia, debido a que aún se comercializan productos chatarra y ultraprocesados.