Cuernavaca, Mor., En medio de un escándalo y la controversia que rodeaba su gestión, Juan de Dios González Ibarra, rector del Colegio de Morelos (Colmor), presentó su renuncia el pasado 21 de agosto en una reunión con trabajadores académicos y administrativos en el auditorio de la institución.

González Ibarra ha sido señalado por estudiantes, trabajadores y ex empleados de esa institución por irregularidades como uso opaco de recursos, desmantelamiento de laboratorios académicos, despidos y remociones injustificadas, no promover el conocimiento como objetivo principal. También ha sido acusado de autoritarismo, uso faccioso de las publicaciones, deshonestidad académica y emprender persecuciones políticas contra miembros de la comunidad escolar.

Entre las denuncias, se incluye la presunta exigencia a algunos académicos para realizar textos en coautoría con el rector, lo que pone bajo sospecha su participación en varios artículos científicos y libros en los que aparece su nombre.

El Colmor es sucesor del Centro de Investigación en Docencia y Humanidades del Estado de Morelos, fundado en 1994 por el filósofo Ricardo Guerra, quien lo dirigió hasta su fallecimiento. Reunió a destacados académicos de la talla de Pablo González Casanova, Rodolfo Sta-venhagen, Eduardo Matos Moctezuma, Gloria Villegas, Alfredo López Austin, Adriana Yáñez, Antonio García de León, Elsa Cross, Carlos Montemayor, Luis Tamayo y Octavio Rodríguez Araujo, entre otros.

Desde la muerte de Guerra, el gobierno de Marco Antonio Adame modificó su norma interna en lo que algunos vieron un alejamiento de los intereses académicos del centro para acercarlo a las corrientes políticas que prevalecían entonces.

Durante la gubernatura de Graco Ramírez, en 2013 el citado centro desapareció para dar lugar al Colmor, modificando también su estructura y norma, generando una ola de descontento en la que se destacó el propio González Ibarra como catedrático del centro, quien en 2018 sería nombrado rector del colegio y ratificado por la Junta de Gobierno al año siguiente y por un periodo que terminaría en 2025 en un proceso lleno de irregularidades.

Desde su nombramiento, González Ibarra se fue distanciando de la academia. Su gestión estuvo marcada por despidos injustificados, decisiones arbitrarias en el manejo de recursos e infraestructura, y la contratación de perfiles que no se ajustan a los estándares académicos.

Además, fue acusado de reprobar a alumnos para obligarlos a repetir cursos y pagar cuotas adicionales. Estas y otras anomalías fueron denunciadas por académicos, estudiantes y trabajadores activos y separados del Colmor, y publicadas en su momento por La Jornada Morelos.

La más reciente controversia con González Ibarra fue su nombramiento como profesor emérito por la Junta de Gobierno del Colmor, reconocimiento que, según la norma vigente, sólo puede ser propuesto por el propio rector.

En 2024, el gasto corriente del Colegio de Morelos aumentó en más de 50 por ciento; destaca el incremento en los salarios de algunos cargos, como la rectoría, que subió entre 39.3 y 50.3 por ciento, convirtiéndose en el puesto mejor pagado en la educación superior del estado, a pesar de contar con sólo 22 profesores de tiempo completo, una matrícula de menos de 500 estudiantes y una oferta educativa limitada.

A la fecha no se sabe quién sustituirá a González Ibarra, lo que deja a la institución en incertidumbre, pues la Junta de Gobierno no ase ha reunido para designar sustituto y éste no establece quién debe suplir al rector en caso de ausencia.