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Aún falta mejorar las instalaciones inclusivas: Salvador Hernández

El atleta va a París por su novena presea en los Juegos Paralímpicos

 
Periódico La Jornada
Martes 27 de agosto de 2024, p. a12

En la vida no se puede andar con tibiezas, mucho menos cuando se quiere trascender. El paratleta Salvador Hernández, abanderado de la delegación mexicana para los Juegos Paralímpicos de París 2024, confirma esa premisa después de enfrentar las secuelas de la poliomielitis para ir ahora en busca de su novena medalla en justas veraniegas.

Debemos ir con la seguridad de ganar, todo está en la mente. A los tibios ni Dios los quiere, asevera Hernández, quien a sus 58 años reta a los escépticos al haber clasificado por séptima ocasión a unos Juegos Paralímpicos.

Salvador Hernández compite en las pistas de Juegos Paralímpicos desde la edición de Atlanta 1996. En ese entonces no ganó preseas, pero cuatro años después, en Sídney, se coronó en las pruebas de 200 y 400 metros y se quedó con la plata en los 100 metros de la modalidad T52, que se refiere a carreras en sillas de ruedas.

Fuego en el corazón y doble esfuerzo

Desde entonces, sólo ha acumulado más preseas, sumó otras dos en Atenas 2004, oro en Londres 2012 y un bronce en Río 2016. Si bien en Pekín 2008 no estuvo en el podio, fue porque enfrentaba el duelo del fallecimiento de su padre, al tiempo que no clasificó a Tokio 2020 por la pandemia de covid-19.

Ahora logró su boleto a París 2024 tras conseguir el subcampeonato mundial en Kobe, Japón, con un tiempo de 17.85 segundos.

Lo que puedo decir es que llevamos fuego en el corazón. Vamos con una mentalidad cien por ciento positiva, no sé si los atletas convencionales también lo hagan, pero nosotros debemos demostrar el doble que cualquiera en otros deportes, apuntó.

Hernández ha visto la evolución de los Juegos Paralímpicos tanto en la parte tecnológica como en el reconocimiento de la sociedad. Ahora, hay admiración y respeto.

“Todavía en el año 2000, Nelson Vargas (entonces titular de la Conade) decía que los paralímpicos eran deporte de exhibición, hasta que vio las competencias y entendió que no era así. Cuando Soraya Jiménez ganó el oro en Sídney 2000, el gobierno le dio 500 mil pesos y a nosotros nos dieron 50 mil.

Se ganan el respeto

Todo eso ya es diferente, tan sólo ahora la ceremonia de abanderamiento para los paralímpicos es en Palacio Nacional, los apoyos económicos son los mismos. Cuando vamos a los centros comerciales o voy a escuelas a dar pláticas, ya nos ven con admiración y respeto.

Si bien Hernández aceptó que ahora ha recibido un mayor apoyo económico por parte de las instituciones federales, también consideró que es importante trabajar en la actualización de las instalaciones de entrenamiento.

“Quien llegue ahora a la Conade debe tener la sensibilidad de ponerse en nuestra situación como paralímpicos y darnos más apoyo, sobre todo, nuevas instalaciones, las que tenemos ya son obsoletas; tienen mejores instalaciones Brasil o El Salvador.

Aquí no logramos dar las marcas, pero si tuviéramos mejores pistas o se hicieran selectivos en México, el gobierno se ahorraría dinero al no ir al extranjero para conseguir las marcas paralímpicas. No queremos privilegios, sino igualdad, apuntó el multimedallista paralímpico que ayer llegó a la capital francesa.