Truman Capote ha muerto a los 59 años; novelista de estilo y claridad.

Así anunció The New York Times, hace 40 años, el fallecimiento de uno de los grandes escritores de la lengua inglesa, ocurrido el 25 de agosto de 1984 en Bel-Air, California.

Fue toda una celebridad literaria; se le reconoce como pionero del género de la novela de no ficción por A sangre fría. También fue cuentista, dramaturgo, guionista y actor.

Nació en Nueva Orleans, Luisiana, el 30 de septiembre de 1924.

Este año se celebra el siglo de su llegada al mundo. Siempre supe que quería ser escritor y quería ser rico y famoso, declaró en una entrevista en 1978.

A sangre fría

Enunciar A sangre fría (1965) es evocar un terremoto en el panorama del mundo periodístico que sacudió los cimientos del reportaje tal como se conocía hasta ese entonces, por la forma en la que desafía las fronteras tradicionales entre literatura y reportaje.

Truman Capote se embarca en un viaje hacia la oscuridad del alma humana al narrar con detalle minucioso el brutal asesinato de la familia Clutter en un tranquilo pueblo de Kansas. Este hecho real se convierte, bajo su pluma, en una novela que sería la primera en ser catalogada como de no ficción.

La obra es un rompecabezas meticulosamente ensamblado, donde cada pieza, cada entrevista, cada fragmento de la vida de los asesinos y las víctimas, encaja con una precisión que raya en lo obsesivo. Pero no es una obsesión vacía: es la búsqueda incansable de la verdad, esa verdad que trasciende la objetividad periodística y se adentra en las profundidades de la naturaleza humana.

Así, Capote demuestra que la verdad puede ser tan inquietante, tan fascinante y tan llena de matices como la mejor de las novelas.

Desayuno en Tiffany’s

Con su estilo lírico y evocador, el novelista, guionista y dramaturgo estadunidense Truman Capote plasmó en esta novela un retrato fascinante de la alta sociedad neoyorquina

Publicada en 1958, la obra narra la vida de Holly Golightly, quien dejó una huella indeleble en la cultura popular.

Enigmática, joven, aparentemente despreocupada y glamorosa, la protagonista vive en el Nueva York de la década de 1940, mientras el narrador es un escritor joven que vive en su mismo edificio y se convierte en su confidente.

A través de su mirada, Capote explora la dualidad de Golightly: por un lado, es moderna, liberada y desafía las convenciones sociales; por otro, es una figura vulnerable que anhela pertenecer a algún lugar y encontrar un sentido de identidad.

Sin embargo, la novela revela la brecha entre ese sueño idealizado y la realidad de la vida cotidiana.

A medida que la historia transcurre, el lector podrá descubrir la compleja personalidad de una de las heroínas más famosas de la literatura moderna, al tiempo que la verá luchar contra su deseo de independencia y su miedo a la soledad.

Música para camaleones

Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio, escribe Truman Capote en Música para camaleones (1980), caleidoscopio de relatos que desafía las fronteras entre la ficción y la realidad.

En el libro, que combina periodismo y literatura con un enfoque personal y observacional, Capote se convierte en un camaleón literario, cambiando de piel y voz en cada página, mostrando su habilidad para capturar la esencia de la vida cotidiana y los abismos más oscuros de la sique humana.

El autor desciende al fondo del alma de sus personajes, y revela verdades agridulces y momentos de belleza inesperada.

Cada historia nos enfrenta a la complejidad del ser humano, a sus contradicciones y deseos ocultos.

Capote, como cazador furtivo en la jungla de las palabras, nos entrega un mapa fragmentado de sus obsesiones y sus miedos.

El argentino Fito Páez, en una canción que lleva el mismo nombre del libro, captura la esencia que la leyenda del periodismo transmite: Nada me sorprende más en la vida, corazón, que ver cambiar mi piel como la del camaleón.

Plegarias atendidas

La alta sociedad en Nueva York se estremeció cuando Truman Capote publicó en 1975 un adelanto de su novela Plegarias atendidas en la revista Squire.

A pesar de usar nombres ficticios, no era difícil descifrar quiénes eran los personajes expuestos en sus intimidades en el relato La Cote Basque. El suceso que causó escándalo expulsó al carismático escritor del círculo más selecto y donde solía ser confidente de mujeres acaudaladas, bellas y famosas.

Después de publicar a Sangre fría, Capote se situaba en la cima de la fama. La promesa de su siguiente novela, Plegarias atendidas, generó gran expectativa. Firmó un jugoso contrató en 1966. Sin embargo, la publicación se retrasó. Capote, en el exilio social, se sumió cada vez más en la vorágine de la autodestrucción.

Llegó su muerte y no concluyó la novela que prometía ser la siguiente obra maestra. Finalmente, en otoño de 1986 apareció la edición póstuma en Inglaterra y un año después en Estados Unidos.

El título tiene origen en una cita de Santa Teresa: Se derraman más lágrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas.

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