El deporte no puede entenderse sin finales inesperados. México llegó a la última entrada con desventaja de tres carreras ante Cuba, en la tercera ronda de la Serie Mundial de ligas pequeñas de beisbol.

Faltaba un out para terminar el partido. De pronto, el cerrador Denis Zamora envió una recta sobre el cuadro y Antonio Guerrero, con dos compañeros en base, igualó las acciones al conectar un cuadrangular. Fue sorprendente la reacción en el estadio de los Voluntarios, ambientado con banderas tricolores y aficionados enloquecidos sin rubor. En el siguiente turno al bat, con una almohadilla ocupada, el catcher Ulises Ortiz pegó otro vuelacercas para la victoria por 6-4.

Era hacer historia o ser historia. Y nosotros nunca nos rendimos, dijo después Ortiz, sonriente y orgulloso de eliminar a los Bombarderos de Santa Clara. Ahora vamos contra Venezuela y le vamos a dar con todo.

Cuba tuvo en sus manos el destino del equipo de Tamaulipas. En cuatro entradas y dos tercios, el pícher Deivy Hernández permitió sólo una anotación y liquidó a cinco bateadores por la vía del ponche. Lo que restaba era coronar su labor con un cierre limpio.

Si en el beisbol hay juegos que se instalan en la memoria, éste estuvo repleto de significado. Fue una de esas tardes en la que los pequeños peloteros de México reactivaron imágenes gloriosas de las Grandes Ligas. Todo a partir del último out, esa delgada línea entre seguir y quedar fuera del torneo.

Lágrimas en el diamante

Con los batazos de Guerrero y Ortiz, apellidos de tradición en la historia de este deporte, decenas de personas se emocionaron hasta las lágrimas en el diamante. Lo de México era simple fe, pero eso le bastó para armar un rally de cinco carreras con dos bombazos que rindieron a Cuba. Los de la isla llegaron hasta esta instancia luego de vencer 4-1 a la República Checa en su presentación y de perder la víspera ante China Taipéi 10-2.

Venezuela, hoy rival de México, venció 2-1 a Aruba y continuó su avance en la Serie Mundial.

Representados por los Cardenales de Lara, los venezolanos, que habían noqueado en su debut a los de Tamaulipas (10-0) y luego fueron doblegados por Japón (2-1), fabricaron sus dos carreras en la última entrada y dejaron vencidos en el campo a sus rivales.

Después de ser dominados durante todo el choque por la dupla de relevistas de Naivmar Angela y Henry Kransen, la novena vinotinto pegó un par de imparables a la hora de recoger los bates y así sellaron su pase. A pesar de su tropiezo en el segundo duelo, México sumó victorias ante Aruba (2-0) y Canadá (8-0).