espués de la tempestad viene la calma, dicho aplicado en espera de que las condiciones vuelvan a la normalidad después de una tormenta, literal o metafórica. La referencia tiene que ver sacudida política que ocasionó la salida de Joseph Biden de la contienda por la presiden-cia de Estados Unidos y el nombramiento de Kamala Harris como la candidata del Partido Demócrata. Dos semanas después, Harris escogió a su compañero de fórmula, el gobernador progresista de Minnesota Tim Walz. El efecto inmediato de ambos eventos fue que Harris alcanzó a Trump en las encuestas de opinión, e incluso lo superó ligeramente en tres importantes estados: Michigan, Pennsylvania y Wisconsin, estados que pudieran inclinar el Colegio Electoral en favor de uno u otro aspirante en la elección de noviembre.
El efecto de la nominación de Harris fue un soplido de aire fresco, no sólo para los demócratas, sino para el ambiente político en todo el país. Fue un instantáneo despertar de una situación de abulia y pesimismo en los que se había caído en los pasados meses. La convención del Partido Demócrata se inicia hoy y se espera que Harris y Walz sean investidos formalmente como los candidatos a la presidencia y vicepresidencia. Si no surge ningún contratiempo, los demócratas estarán aún más motivados para llegar a la presidencia y ganar en una o ambas cámaras legislativas.
Pero, la euforia pasará y será el momento de revisar planteamientos y reforzar los mecanismos de acción política para garantizar que la embarcación que conducen Harris y Walz llegue a buen puerto. La oposición, encabezada por Trump, ya ensaya la contraofensiva para hacerla encallar y acallar la euforia demócrata. Las primeras salvas de Trump y su equipo de campañas fueron lanzadas mediante la plataforma X, de la que es dueño Elon Musk, quien la ha puesto a su disposición junto con millones de dólares para apoyarlo.
Una de las principales preocupaciones en la sociedad, o para decirlo mejor, en algunos sectores sociales, es la inflación. No es nuevo que ese aspecto puede decidir una elección tan cerrada. Fue uno de los elementos que determinó la baja popularidad de Biden. En su momento lo fue para Bush padre, cuando perdió los comicios por el efecto de la estúpida economía
. Explicar cómo superar la carestía de la vida será el principal reto de Harris-Walz. Harris vagamente dio a conocer los principales ejes de lo que será su política económica: reducir impuestos a quienes menos ganan, restablecer el subsidio a las familias con hijos menores de 18 años, construcción masiva de vivienda para personas de bajos recursos, fortalecer los programas de salud, y un complejo ataque a la especulación en los bienes de consumo necesarios. El problema es la forma en que lo hará: sin incrementar la deuda pública y sin alentar falsas expectativas.
El otro aspecto en el que deberán luchar a contracorriente es el tema de la migración, que los candidatos republicanos, y particularmente Trump, han criticado duramente al gobierno de Biden-Harris. Se ha insistido, con razón, en que sólo una profunda reforma migratoria resolvería ese grave problema. Harris deberá recordar al electorado dos cuestiones importantes: cuando una comisión bipartidista en el Senado llegó a un acuerdo para instrumentar una reforma en el tema, Trump ordenó a los senadores republicanos romper el acuerdo; propuso en conjunto con los presidentes centroamericanos un plan para apoyar la economía en esa región y detener el flujo hacia el norte. Ambas propuestas quedaron en el limbo en buena medida por la oposición de Trump y los republicanos.
La paradoja que surge en esta coyuntura es que Harris deberá retomar algunas de las políticas que Biden y ella misma llevaron a cabo, pero al mismo tiempo tratar de distanciarse de dicjas medidas. Se puede concluir que la clave del alborozo y el respiro que despertó la candidatura de Harris no sea tanto la posibilidad de un cambio en la política, sino la de garantizar que Trump no regrese a la Casa Blanca, lo que era bastante improbable con Biden como candidato.
El tema del aborto o la preservación de la democracia son aspectos que apuntan a darle alguna ventaja a Harris, pero en el fondo, lo que sería determinante en las urnas, una vez más, será la economía.