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Diego Prieto destaca en la FILAH la relevancia de los centros INAH del país

El titular del instituto presentó en el cierre del encuentro el libro Enfoque desde tierra adentro

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▲ Desde la izquierda, Víctor Hugo Valencia, José Luis Perea, Prieto Hernández, María del Carmen Castro y José Vicente de la Rosa, en la presentación.Foto cortesía del INAH
 
Periódico La Jornada
Lunes 19 de agosto de 2024, p. 4

Los centros INAH representan una parte fundamental del cerebro del Instituto Nacional de Antropología (INAH), afirmó su director, Diego Prieto Hernández, en la presentación del libro Centros INAH: Enfoques desde tierra adentro. 85 años INAH, obra que refleja el incansable esfuerzo del organismo por proteger y difundir el vasto legado cultural de la nación.

El acto central, inscrito a la clausura de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), se llevó a cabo ayer en el auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología, donde se pronunciaron voces comprometidas y apasionadas por proteger y difundir el patrimonio de México.

La ceremonia contó con la participación de figuras claves de dicha instancia, como los titulares de los centros INAH Víctor Hugo Valencia Valera (Morelos), Rosa Estela Reyes García (Querétaro), José Vicente de la Rosa (Tlaxcala) y René Alvarado López, coordinador de los centros, quienes ofrecieron sus perspectivas sobre las funciones y desafíos que enfrentan en sus regiones.

Prieto Hernández compartió su experiencia cuando estuvo al frente del Centro INAH Querétaro, la cual descubrió como la etapa más gratificante y aleccionadora de su carrera.

“La tarea más fructífera desde el punto de vista profesional, y donde he tenido más aprendizaje, ha sido dirigir el Centro INAH Querétaro. Para mí, cualquier parte del país tiene la misma importancia que México en su conjunto.

La creación de los centros regionales fue impulsada por Guillermo Bonfil Batalla, cuando el instituto cumplió 50 años, entre 1972 y 1976. Estos centros representaron el primer compromiso del INAH para desarrollar políticas idóneas.

Sin embargo, el director del INAH habló de los desafíos que estos centros han enfrentado a lo largo de los años, al mencionar que los conflictos del INAH en los estados se deben a lo muy corruptas que son las autoridades estatales. Según él, muchos de los institutos que se resistieron a la presión estatal dejaron de recibir apoyo o se vieron obligados a inclinarse ante otros intereses, priorizando una visión ornamental y turística sobre acciones de verdadero fuste académico.

“En 1984, bajo la dirección de Enrique Florescano, se fundó el Centro INAH Querétaro, lo cual marcó un hito en la implementación de políticas culturales adecuadas para esa entidad. La conformación completa de los centros INAH en cada estado no se logró hasta 1995, con Sinaloa, Coahuila y Tamaulipas siendo los últimos en establecer sus centros, aunque de tamaño reducido.

La labor de estos centros, como se plasma en el libro, es fundamental para mantener viva la misión del INAH y asegurar que las políticas culturales tengan un impacto real y significativo en cada región de México.

Su convicción sobre la relevancia de los centros INAH fue clara: Estoy convencido de que nuestra tarea tiene que ver con construir un proyecto cultural que traduzca el programa general e intelectual del instituto a las singularidades regionales, históricas, étnicas, lingüísticas y comunitarias de cada entidad. Esto requiere una profunda investigación y estudio, además de una sólida capacidad administrativa.

“Los centros INAH son los pies del instituto. Son los que nos dan territorialidad. Estas instancias también son los brazos operativos que generan las capacidades de acción sustantiva en cada lugar.

No sólo son operativos, sino también intelectuales. Representan el hemisferio oriental del cerebro, porque en el otro están las áreas sustantivas en el terreno de construir política, líneas de acción y de trabajo de las coordinaciones nacionales. En los centros del instituto tenemos cerebros que investigan, estudian y se documentan.

El INAH tiene presencia en todos los estados de la República Mexicana por medio de sus centros regionales, que atienden salvamentos, rescates, denuncias y trámites para el cuidado de monumentos y zonas arqueológicas e históricas, así como bienes de interés paleontológico; asimismo, impulsan la investigación antropológica e histórica.

Del 8 al 18 de agosto, más de 145 mil visitantes se dieron cita en la FILAH y participaron en las 400 actividades programadas. El entusiasmo y la relevancia del encuentro logró extender su alcance más allá de las paredes del Museo Nacional de Antropología, pues otras 175 mil personas se conectaron vía remota para seguir las transmisiones en línea, según informaron los organizadores.