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La decisión del Banco de México
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or fin, después de 38 meses, la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) decidió disminuir en 0.25 puntos porcentuales la tasa de interés a un día dejándola en 10.75 por ciento. Esta decisión dividida, con tres de cinco votos a favor de esta disminución, ha causado controversia, ya que la inflación llegó en julio a 5.57 por ciento, con aumentos mensuales desde febrero, cuando se situó en 4.40 por ciento. Así que tres miembros de la junta han resuelto reducir la tasa de referencia, aunque la inflación está aumentando y, en consecuencia, se aleja cada vez más del objetivo de una inflación de 3 por ciento.

El razonamiento en el que se sostiene esta decisión de disminuir la tasa es el comportamiento diferenciado de la inflación subyacente y la no subyacente. La inflación subyacente recoge el movimiento de precios de mercancías y servicios que son relativamente estables, como alimentos industrializados, bebidas, tabaco y otras mercancías no alimentarias, junto con el costo de servicios como vivienda, educación y otros. La inflación no subyacente registra precios de mercancías con mayor proclividad a variar, como frutas y verduras, productos pecuarios y el precio de energéticos. En virtud de estos comportamientos diferenciados en los precios de distintas mercancías y servicios es que resulta importante distinguirlos para decidir la política monetaria.

En julio pasado, la inflación subyacente registró 18 meses consecutivos con registros a la baja, situándose en 4.05. La no subyacente, en cambio, cuyos componentes tienen comportamientos volátiles registró una tasa de crecimiento de sus precios de 10.36 por ciento. Reunidos los dos registros, la inflación aumenta y lo que es importante es que el propio Banco de México acepta que el pronóstico de inflación al cierre de 2024 es que la inflación general termine en 4.4 por ciento, con estimados para la subyacente de 3.9 por ciento. Si la inflación cerrará por encima de la meta buscada, es claro que la junta de gobierno del BdeM ponderó otros factores para decidir este cambio de postura monetaria haciéndola menos restrictiva.

Entre estos factores adicionales uno central es el desempeño de la economía global. Dos consideraciones resaltan: hay un dinamismo sostenido en las principales economías, aunque es heterogéneo, con Estados Unidos creciendo más que las otras economías avanzadas; la inflación está disminuyendo, con registros descendentes tanto para la subyacente como para la no subyacente en el mundo. Por esta razón, algunos bancos centrales disminuyeron sus tasas de referencia, aunque la Reserva Federal estadunidense la ha mantenido sin cambios. En Estados Unidos, en particular, el mercado laboral ha mostrado signos preocupantes, ya que la creación de empleos nuevos fue sensiblemente menor a la esperada.

Con estas consideraciones la junta directiva del BdeM estima el balance de riesgo global, que incorpora las tensiones geopolíticas, la persistencia de presiones inflacionarias, volatilidad en mercados financieros y problemas en la estabilidad financiera en general, lo que configura un panorama complicado. Para la actividad económica global el balance de riesgos se mantiene sesgado a la baja. La conclusión de esto es que es posible que en los meses siguientes haya registros recesivos en diversas economías.

Para el Banco de México esta posible recesión, o registros de crecimientos muy lentos, con una inflación a la baja y muy probablemente un recorte a las tasas de interés de la Reserva Federal, lo llevó a decidir esta ligera disminución de la tasa de un cuarto de punto, que la mantiene en 10.75 por ciento que sigue siendo una postura restrictiva, consistente con la posibilidad de que los choques que han afectado el componente no subyacente y la previsión de sus efectos sobre la inflación general se disipen en los siguientes trimestres.

La señal enviada con este minirelajamiento de la postura monetaria es que el banco central mexicano prevé que la perspectiva en los siguientes meses mejorará, ya que podrían reducirse los impactos de los choques globales, incrementando las posibilidades de que la economía global se recupere. Por supuesto, advierten que seguirán atentos a que la trayectoria de la inflación sea congruente con el objetivo-meta establecido. Pero han decidido apostar porque la tasa de interés no se convierta en un desestímulo de la actividad económica.

El Banco de México ha entendido que si la economía estadunidense se detiene, la nuestra se detendrá también. Por esto era fundamental modificar la postura restrictiva de la política monetaria. La corrección es menor, pero propone que no solo estarán atentos a los precios, sino también al comportamiento de variables centrales para que la economía mexicana alcance las metas previstas.