Es difícil volver a confiar, pero nunca dejaremos de tocar puertas
Familiares de los estudiantes pidieron que atacar la impunidad sea una prioridad para la futura presidenta
Martes 30 de julio de 2024, p. 4
Primero ante el presidente Andrés Manuel López Obrador y cuatro horas después con la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, el colectivo de madres y padres de los 43 desaparecidos de la escuela normal Raúl Isidro Burgos, ahora dividido en dos grupos, volvieron a abrir su corazón, a hablar de su dolor y de la lacerante necesidad de saber el paradero de sus hijos, de las expectativas que no fueron cumplidas en este sexenio y de los pasos y avances que demandan en el nuevo gobierno que inicia dentro de 62 días para alcanzar la verdad del caso Ayotzinapa.
La próxima mandataria esperó casi hora y media en el Museo de la Ciudad de México a que llegaran los familiares de los 43. Llegaron con retraso, sudorosos y agitados tras caminar desde el Palacio Nacional entre el tumulto de transeúntes, comerciantes y periodistas hasta el recinto de la calle Pino Suárez. Ella los aguardaba en el umbral del antiguo portón palaciego para saludad a cada uno de mano.
En el patio colonial se habían dispuesto las mesas y las sillas blancas en un gran cuadrángulo. Sheinbaum estuvo acompañada por su futura secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y por su secretario particular, Carlos Augusto Morales, quien moderó la reunión. Quiero establecer una relación directa con todos ustedes
, fueron sus palabras de apertura. Por parte de los familiares, hablaron primero Hilda Leguideño, Hilda Hernández y Joaquina García. Demandaron que la investigación sea una prioridad en su mandato. Era intensa la necesidad de expresarle a la próxima presidenta su sentimiento, su frustración que a casi 10 años de la noche de Iguala siguieran sin conocer el destino de sus hijos. Y le reclamaron que no hubiera incluido en sus primeros 100 puntos de su plan de gobierno el caso Ayotzinapa. La virtual presidenta electa explicó que no lo hizo por respeto al presidente López Obrador, quien sigue al frente de la investigación. Reiteró que desde los hechos del 26 de septiembre de 2014 estuvo con la causa de las familias, que conoce toda la información pública de lo que se ha hecho y que a partir del primero de octubre, ya al mando, analizaría junto con todos los familiares el mejor método para avanzar y llegar a la verdad.
Y al citar a todos
los familiares, quedó zanjado un tema que ha representado fuertes fricciones. Se trata de la división que se suscitó a raíz de un mitin organizado hace dos años en Iguala, convocado por el anterior vocero del grupo Felipe de la Cruz, en el que se pidió la liberación del ex presidente municipal Abarca. Este grupo fue expulsado del colectivo que hasta entonces había logrado mantener una ejemplar cohesión.
En tiempos recientes, el nuevo subsecretario de Gobernación, Arturo Medina, incorporó a ese grupo a las reuniones con el Presidente.
Ayer, sin embargo, antes de finalizar el encuentro con la virtual mandataria electa, otras tres madres del grupo disidente también tomaron la palabra y fueron escuchadas con respeto, señal de que podrá seguir la discordia, pero todos reconocen que lo esencial es profundizar y seguir la investigación hasta encontrar a los muchachos de Ayotzinapa.
Finalizada la reunión en el Museo, Sheinbaum volvió a colocarse junto a la puerta para estrechar la mano de cada uno. Algunos padres, distraídos, no se habían dirigido hacia la puerta sino a las mesas donde se les ofrecía un refrigerio. La futura mandataria entonces caminó hasta allá para despedirse. Y, según la impresión de alguien que estuvo presente, “hizo clic“, sobre todo con las madres.
Síntesis de este encuentro, que ya tiene un pie en el futuro, fueron las palabras de doña Hilda Leguideño: es difícil para nosotros volver a confiar en las autoridades después de todo lo que hemos pasado estos años, pero tenemos que seguir tocando puertas. Nunca vamos a dejar de luchar por nuestros hijos
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