El documental La voz del viento, un recorrido por la vida, pasiones y obra de Elena Poniatowska (1932), fue estrenado en la fundación que lleva el nombre de la escritora y periodista, quien estuvo presente. El filme de 50 minutos de duración fue producido por la dirección general Aprende, televisora de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

La idea es difundirlo en telesecundarias y telebachilleratos del país, a niños de entre 12 y 17 años, que viven sobre todo en comunidades de alta y muy alta marginación, dijo Azucena Pimentel, en nombre de la plataforma educativa. Se trata de zonas en las que no podrían enviar ni siquiera a un maestro; entonces, mandamos una televisión.

Aprende produce todos los programas en las telesecundarias y telebachilleratos, y también documentales, como La voz del viento, series y algunas producciones extracurriculares, como les llamamos.

Pimentel expresó que fue un honor haber producido el documental porque de esta manera las nuevas generaciones podrán conocer, valorar y atesorar la vida y obra de Elena Poniatowska.

Coincidió con Felipe Haro, director de la Fundación Elena Poniatowska Amor, en la urgencia de guardar la memoria de este país. Recordó que los archivos de muchos escritores se han ido de México. Gracias a que el de la escritora existe aquí fue posible la realización del documental, explicó Haro.

Una entrevista es un regalo

A lo largo del filme, la escritora cuenta su vida, desde su nacimiento, en París, hasta su llegada a México, en 1942, junto con su madre y hermana, así como sus inicios en el periodismo, a principios de los años 50.

Conocida por sus entrevistas, reconoce que casi es lo que más he hecho a lo largo de mi vida, aunque son difíciles, porque depende del humor del entrevistado, del trato que a uno le dan.

En ese entonces, no había esa costumbre de las entrevistas, por tanto, sorprendía a los entrevistados con mis preguntas, mi interés, la sonrisa y el gusto con el que me acercaba a ellos, desde Diego Rivera y Luis Buñuel hasta David Alfaro Siqueiros, a quien fui a ver a Lecumberri. Su lista de entrevistados es infinita y siguió a lo largo de los años.

Está consciente de que las preguntas del periodista pueden suscitar simpatía o antipatía. Lo que siempre le ayudó fue saber idiomas, porque así podía hacer preguntas en inglés y francés, apunta.

Una entrevista es un gran regalo que te hace el otro, señala. He escrito a partir de los demás y sobre los demás; incluso, piensa que uno se define a partir de los demás.

Los comentarios de Poniatowska se alternan con citas de varios de sus libros, como De noche vienes (1979); Nada, nadie: Las voces del temblor (1988); Querido Diego, te abraza Quiela (1978); La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral (1971); Tinísima (1992), y La piel del cielo (2001), novela en que aborda la relación con su marido, el astrónomo Guillermo Haro.

También participaron en la presentación la periodista Columba Vértiz, Malú Rasso y Héctor Ortega, de Icon Lab, responsable de la realización del documental.