Para aislarse de lo que ocurre a su alrededor en la Copa América, el técnico de la selección mexicana, Jaime Lozano, modificó su manera de gestionar una concentración. Desde antes de su debut en el torneo contra Jamaica, se distanció de las estrictas normas de las épocas de antes y llevó a sus jugadores un grupo de música regional, el show de un conocido payaso y un camión expendedor de tacos de birria.

Si llegara a vencer a Venezuela en su siguiente partido en la fase de grupos, el plan de Lozano podría incluir aún más invitados. Especialmente, porque en su avance a los cuartos de final evitará a la campeona Argentina, líder del Grupo A y un rival que ha acentuado su dominio en el futbol internacional. Lo importante es seguir creciendo, porque el próximo partido nos puede poner a las puertas de la clasificación, advierte el ex futbolista en conferencia de prensa.

De alguna manera, el representativo mexicano se enfrenta a una idea autodestructiva que lo ha perseguido desde pasados Mundiales, ese estigma de quedarse a la orilla de conseguir un logro importante. El futuro, como en otros grandes escenarios donde se repetía la idea del quinto partido, vuelve a estar en las manos de los jugadores mexicanos, esta vez sin su capitán, el mediocampista del West Ham, Edson Álvarez.

Tenemos muchos líderes, algunos necesitaban empoderarse y saber que son los de más experiencia, agrega Lozano al finalizar su última práctica en la ciudad de Los Ángeles. Fue un golpe duro perder a nuestro capitán, pero ahora les toca asumir ese rol. Este torneo es importantísimo para nosotros, porque es lo más parecido a una Copa del Mundo. Necesitamos subir el nivel.

Medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, Lozano cumple su tercer torneo oficial al frente de la selección. El primero fue la Copa Oro que conquistó en 2023, edición en la que Estados Unidos y Canadá utilizaron equipos alternos. Luego perdió la final de la Liga de Naciones y su continuidad fue puesta en entredicho.

Muy lejos de Brasil o Argentina

No estamos ni cerca de hacer lo que Brasil o Argentina, puntualiza el ex entrenador nacional, Miguel Herrera. Tal vez a Jimmy le cayó de sorpresa conducir este proce-so. Puede tener muchas condiciones para ser entrenador, pero esa silla es superexigente para cualquiera. No basta sólo con ganar un partido, agrega.

En una de sus renovadas medidas para esta Copa América, Lozano determinó dejar a cinco elementos que habían sido regulares en procesos anteriores –algunos identifica-dos como líderes del vestuario, como Guillermo Ochoa y Héctor Herrera–, para iniciar el camino rumbo al Mundial de 2026 con un grupo de jóvenes que aún son promesa.

En el historial de duelos en la Copa frente a la Vinotinto, el Tricolor registra victorias en las ediciones de 1995 y 1999, mientras en el torneo centenario de 2016 el encuen-tro terminó empatado.

México siempre es un equipo fuerte. Para nosotros, es un momento clave por lo que estamos viviendo. Debemos mantener esa solidez que mostramos ante Ecuador (ganaron 2-1) para salir victoriosos, sostiene el venezolano Eduard Bello, actual delantero en la Liga Mx con el Mazatlán FC.

Además de sorprender en su presentación, el cuadro sudamericano sólo ha perdido ante Italia y Colombia en sus últimos 14 compromisos, todos desde la llegada del entrenador argentino Fernando Batista. Es un rival que ha crecido muchísimo, reconoce Lozano, convencido de que la única manera de imponerse a él es con una actuación estelar de sus delanteros. Desde la final de la Liga de Naciones, el combinado mexicano sólo registra cuatro goles, de los cuales sólo uno de ellos estuvo a cargo del atacante Guillermo Martínez.