Domingo 16 de junio de 2024, p. 19
Quito. Este mes comienza la construcción de la megacárcel que Daniel Noboa, presidente de Ecuador, ofreció en su campaña electoral, similar a las edificadas por su par Nayib Bukele, en El Salvador.
La nueva prisión de máxima seguridad será levantada en la provincia costera de Santa Elena y costará 52 millones de dólares.
En medio de la crisis de seguridad existente en el país, el mandatario también prometió otro centro carcelario en la provincia amazónica de Pastaza, pero de acuerdo con declaraciones recientes del gobernador de ese territorio, Rolando Ramos, el proyecto está suspendido.
Anteriormente, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana rechazó que se levantara un penal en Pastaza, territorio ocupado en gran parte por comunidades originarias, pues vulnera derechos a la consulta previa, libre e informada, como establece la Constitución.
En los planes descritos por el gobierno, las nuevas prisiones tendrán capacidad para 736 presos, y estarán divididas en tres módulos: de alta seguridad, máxima seguridad y supermáxima seguridad, con celdas individuales para reclusos con un alto nivel de peligrosidad.
Para financiar su plan de seguridad, Noboa subió el impuesto al valor agregado de 12 a 15 por ciento, y recientemente logró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé el fin de los subsidios a los combustibles para obtener un crédito por 4 mil millones de dólares.
En tanto, las cárceles permanecen bajo el control de las fuerzas armadas en medio de denuncias de internos y familiares de falta de alimentación a los reos y denuncias de violaciones de derecho humanos, mientras los hechos violentos persisten en el país a pesar del estado de excepción que domina gran parte del territorio.