Xóchitl, a un año de tocar la puerta // Tejedores de aventura fallida // Seguir mareando en rosa // Javier Milei, Ley Bases y protestas
estas últimas semanas han sido de dolor y terrorluego de que
el 4 de junio, integrantes del grupo delincuencial Karma se presentaron detonando armas de alto calibre.Foto Afp
yer se cumplió un año del momento escénico que llevó a Xóchitl Gálvez a ser candidata a la Presidencia de la República. Deseosa de refutar en la matutina conferencia presidencial de prensa la versión de que ella estaría a favor de retirar apoyos sociales, y con una validación judicial en mano, tocó una puerta de Palacio Nacional que nunca se abrió, y, a partir de ahí, tejió o le tejieron la candidatura luego tan estrepitosamente fallida.
Tejedores hubo muchos: el grupo panista llamado cártel inmobiliario, que deseaba alejarla de la contienda interna por el Gobierno de la Ciudad de México, e incluso el Presidente de la República, que al seguirla confrontando, a la vez que impulsando
, la clavó en una postulación infructuosa; y no se diga el gran estratega
Claudio X. González, recaudador de fondos empresariales finalmente no redituables.
Engañada y engañosa, Gálvez llevó a sus impulsores partidistas a la peor de sus reducciones electorales, aplastados por el guinda y sus aliados, cedentes del camino a las mayorías legislativas calificadas que tanto temieron. Los ganadores predeterminados fueron los grupos que controlan al PRI y al PAN, mediante gandallismo plurinominal. Sin embargo, Xóchitl cree posible seguir tocando puertas, ya denunciante abierta de maniobras de Marko Cortés en su contra, con la vista puesta, ella y otros, en la posibilidad de construir nuevas organizaciones, de seguir mareando con mareas rosas o de alguna otra cromática aprovechable.
A la hora de cerrar esta columna se había aprobado en lo general en el Senado de Argentina la Ley Bases, el instrumento jurídico que el estrambótico libertario Javier Milei necesita para aplicar una parte de sus políticas. Hubo empate (36 a 36) y la vicepresidenta Victoria Villarruel, que preside el Senado, definió con su voto a favor del mileísmo. Aún antes de la enconada votación legislativa, ha de decirse que mucho ha tenido que ceder respecto a sus planteamientos iniciales el estrafalario personaje que tomó posesión de la presidencia de aquel país seis meses y tres días atrás.
En aras de conseguir una aprobación que hasta ayer le era regateada en la cámara y en las calles, éstas con una encendida protesta, Milei hubo de aceptar reducciones y excepciones, con la expectativa de impulsar tales políticas libertarias en lo posible, aunque no sea lo deseable.
Un elemento notable en el escenario de la nación sudamericana fue la fuerte protesta de grupos sociales y la respuesta policial con gases lacrimógenos, balas de goma, vehículos hidrantes y arremetida policial directa. Frente al Congreso hubo concentración de opositores, con diversos grados de violencia contra automóviles y edificios públicos. Siempre exagerado, el gobierno de Milei llegó a publicar lo siguiente: La Oficina del Presidente felicita a las Fuerzas de Seguridad por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina
.
Muy atípico intento de golpe de Estado, con palos, piedras e incluso granadas
. Habrá de verse si el gobierno de Milei da seguimiento judicial, en los debidos términos tan graves, a tales acusaciones temerarias. En todo caso, una parte de los argentinos considera que se vive allá una terrorífica situación de desempleo, inflación, demagogia y desquiciamiento del personaje llegado al poder presidencial. El caso argentino es interesante para los mexicanos desde diversos ángulos; uno de ellos, el del fracaso de las izquierdas, o el progresismo, en el cumplimiento de las expectativas de cambios positivos, y la aparición de opciones en apariencia caricaturales o extravagantes que terminan ganando el poder mediante artificios y estridencias. ¡Hasta mañana!
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