Del 28 de mayo al primero de junio se realizará un festival // Durante cuatro días se elaborará un tradicional mandala que al final será destruido
Sábado 25 de mayo de 2024, p. 5
Grano a grano de un polvo muy fino de mármol con diferentes colores se construirá de forma meticulosa un mandala, con patrones geométricos que representan simbólicamente el universo. Monjes budistas trabajarán durante cuatro días hasta lograr una figura de inspiradora belleza. Causa mucha emoción ver cómo se construye desde el primero hasta el último granito de este rompecabezas hermoso
, anticipa Hugo Téllez, organizador del Festival de Cultura y Artes Tibetanas que se celebrará en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) del 28 de mayo al primero de junio.
La sabiduría milenaria del techo del mundo de esta región entre el Everest y Nepal enseña que incluso lo más hermoso que hay en la vida es efímero. Esta actividad minuciosa es una meditación. Los monjes tienen grabado en la mente cada detalle, color, pétalos y glifos
, comenta en entrevista sobre el momento culminante en que la extenuante labor es destruida sin remordimiento alguno.
El Festival de Cultura y Artes Tibetanas brindará a los asistentes un acercamiento a la civilización monástica, pues para los tibetanos es una de las características principales de la sociedad, explica Téllez.Vamos a presenciar una parte de las expresiones religiosas y que plasman la forma de pensar de los tibetanos respecto de la muerte, la impermanencia y la naturaleza de la vida humana
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Aproximación al budismo
Las actividades son encabezadas por monjes de las artes místicas, maestros del monasterio Drepung Loseling, uno de los más antiguos y grandes del mundo budista tibetano, quienes elaborarán el mandala tradicional y ofrecerán un concierto de cantos multifónicos, meditaciones guiadas, un taller de regulación socioemocional en la práctica docente (previo registro) y una venta de artesanías tibetanas.
El público se acercará a la esencia de la filosofía budista, que ahora se traduce en nuevas metodologías de educación para las emociones y desarrollar habilidades sociales, con el fin de tener una interacción más sana con la sociedad. Por ejemplo, las expresiones más antiguas de cantos multifónicos, que son formas de meditación de los monjes para poner la mente en atención plena, así como algunas puyas, las cuales son ceremonias donde se manifiestan bendiciones públicas de buen auspicio. Cada actividad tiene un sentido muy específico del manejo de la mente, la sicología y la energía
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Los tibetanos son un pueblo muy alejado de la cotidianidad de la cultura occidental, explica Hugo Téllez. La meseta tibetana está completamente aislada, por eso le llaman el techo del mundo, encerrada entre las cordilleras del Everest.
En 1959, el territorio fue invadido por China, hoy muchos tibetanos se encuentran en India como refugiados. El Dalai Lama fue durante muchos años la cabeza del gobierno tibetano en el exilio; declinó a esta obligación y ahora continúa como líder espiritual.
Para India y el resto del mundo, ha sido un regalo, porque la cultura tibetana es sumamente especial, ya que se basa en los valores universales del amor y la compasión
, resalta; por eso, debería considerarse un tesoro de la humanidad, pero esa cultura está siendo aniquilada en el Tíbet moderno
, explica. Con la huida hacia India, se preservó el conocimiento, después se expandió hacia Occidente, durante los años 70, hasta llegar a México para buscar la difusión.
El 28 de mayo se iniciará a las 11 de la mañana la meticulosa elaboración del mandala con finos polvos para crear coloridas simetrías, representación armónica del universo. Durante cuatro días, el público podrá admirar en el vestíbulo del Teatro de las Artes el avance de la labor de los monjes, con una guía para conocer este proceso de acuerdo con la técnica tradicional tibetana.
El primero de junio a las 11 horas se consagrará esta figura geométrica durante una ceremonia para deshacer el mandala. Ese día se llevará a cabo la mayoría de actividades del festival: al mediodía, una meditación guiada en las áreas verdes; a las 2 de la tarde, el concierto con cantos de monjes tibetanos en el auditorio Blas Galindo, y a las 17 horas se destruirá el mandala.
La gente queda maravillada ante la belleza de la figura, pero deshacer esta obra de arte es el simbolismo de la impermanencia y de la fugacidad de la existencia.