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Nosotros ya no somos los mismos

De cuando Xóchitl Gálvez ve destruidas sus aspiraciones de estudiar en Europa // La señora X, una auténtica self-made woman

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▲ La candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México ayer durante un mitin en Tepic.Foto La Jornada
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e manera por demás abrupta, interrumpimos la columneta del lunes pasado cuando hacíamos la crónica de una respetuosa y amorosísima conversación entre la candidata X a la Presidencia de la República y su señora madre, doña Bertha Ruiz. Nos quedamos en el momento en el que la primera le comunicaba a su progenitora que, por cuestiones de sus estudios, tendría que viajar a Europa en un plazo perentorio. Debido a la fuerte e inesperada noticia, la madre entró en crisis y, ante la inutilidad de sus alegatos, recurrió al inevitable y casi siempre exitoso recurso del chantaje emocional: doña Bertha estrechó entre sus brazos (supongo) a la férrea e indomable hija y le aplicó el nocaut casi infalible: Es que si tú te vas (snif, snif), yo me muero. Pero resultó lo inesperado, lo increíble (como si Superman hubiera sobrevivido a una carga de criptonita). La candidata X no sólo resistió la embestida, sino que, fintando por la izquierda, acomodó un derechazo que definió el encuentro. Su contestación fue contundente y definitiva: Pues muérete, mamá.

Afortunadamente este affaire tuvo un final feliz: doña Bertha no se murió gracias a que la candidata no pudo realizar la aspiración de su viaje, en razón de algunas insignificancias, como el promedio escolar y el modesto conocimiento del idioma. A cambio de su derrota en esta pequeña escaramuza, la candidata aprovechó la oportunidad para emitir una severa catilinaria contra los padres y una incendiaria arenga a los hijos. A los primeros les dijo: A los papás que me están viendo: dejen de joder y de estorbar a sus hijos y déjenlos tratar de hacer lo que ustedes quieren.

A los hijos, no muy de acuerdo con los mandamientos cuarto y quinto de la Iglesia católica, que se refieren a este asunto y que estipulan: honrarás a tu padre y a tu madre (leer Efesios 2), o al mandato de la Biblia: Obedezcan a su padre y a su madre, porque ustedes pertenecen al Señor, la candidata ”X” los convoca a la rebelión: No se dejen de sus papás. Yo podría acompañar tan rotunda instrucción, porque tengo bastantes ejemplos de violencia y maltrato de los progenitores contra su apabullada descendencia, si este subversivo llamado estuviera fundamentado en las más actuales aportaciones de la sicología, la pedagogía, la sociología, la antropología, la neurología, pero me sería imposible brindar mi solidaridad si se trata tan sólo de un exabrupto, del rebote de un trauma que viene de lejos y se manifiesta ahora en una maniobra de mercadotecnia política lamentable. La falta de respeto por sí misma y por las personas todas a las que trata de engañar (contrarias, adeptas, simpatizantes, antagonistas, contrincantes) es inaceptable y contraproducente, porque ni el cilicio diario ni la autodenigración son útiles. La señora X, en esta su acostumbrada tarea del sobajamiento familiar, como útil recurso para mostrar al mundo que ella es una auténtica self-made woman no se atrevió a cometer la flagrante falta a uno de los apotegmas del momento: la paridad de género. Tuvo entonces que referirse a su padre, y lo hizo de esta breve y contundente manera: Nunca tuvimos casa. Mi papá era tan borracho que nunca construyó una casa. Entonces, andábamos de cuarto en cuarto.

Podría intentar diversas interpretaciones de estas maneras de pensar, sentir, actuar, pero pienso que a estas alturas del partido los dados ya están rodando.

@ortiztejeda