Viernes 10 de mayo de 2024, p. 16
El incremento de los precios más volátiles, como el de los productos agropecuarios, llevaron la inflación general anual en México a acelerarse nuevamente en abril, por segundo mes consecutivo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La inflación general mensual en México fue de 0.20 por ciento, ligeramente superior al estimado del consenso de los analistas económicos de 0.18 por ciento. De esta manera, el índice nacional de precios al consumidor (INPC) aumentó 4.65 por ciento anual en abril de 4.42 por ciento en marzo.
El aumento anual de los precios al consumidor, que fue el más elevado desde enero, está fuertemente relacionado con productos con precios volátiles, como los de las frutas y verduras, afectados por los eventos climáticos y de sequía que se han registrado en las últimas semanas.
“La inflación sorprendió al alza por un repunte en el componente más volátil, ya que el que refleja la tendencia de inflación de mediano y largo plazo –es decir, la subyacente– continuó descendiendo. Sin embargo, los precios de las mercancías van a la baja, mientras los servicios presentan un comportamiento más persistente y se mantienen por encima de 5 por ciento”, explicó Alejandra Marcos, directora de análisis de Intercam.
Según el reporte del INPC que dio a conocer el Inegi, el índice de precios no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, hizo la mayor contribución a la inflación del cuarto mes del año, al colocarse en 5.54 por ciento, la más alta desde febrero de 2023, toda vez que el índice de precios subyacente, que excluye de su cálculo la energía y los alimentos frescos, mostró una baja anual de 4.6 por ciento en marzo a 4.4 por ciento en abril.
El proceso de desinflación se ralentizó más en abril, haciendo más lento el proceso de convergencia inflacionaria en el país. La persistencia inflacionaria manda señales de precaución en el manejo del relajamiento monetario (baja de tasas de interés)
, comentó Alfredo Coutiño, director de Moody's Analytics, en su cuenta de X.
Presionan alimentos crudos
La mayor parte del aumento de la inflación en abril provino de los precios de los alimentos crudos y, en menor grado, de un ascenso modesto en los precios de la gasolina.
Los consumidores mexicanos resintieron en su bolsillo el aumento del jitomate (13.67 por ciento mensual), con una incidencia de 0.081 puntos en el dato de inflación de abril; el chile serrano tuvo un incremento de 64.42 por ciento con respecto a marzo; la gasolina de bajo octanaje se encareció uno por ciento; el tomate verde, 24.25 por ciento; otros chiles frescos, 33.56 por ciento; loncherías, fondas, torterías y taquerías aumentaron sus precios 0.58 por ciento; la vivienda propia subió 0.28 por ciento, y la naranja, el aguacate y el pollo aumentaron 15.17, 12.96 y 1.48 por ciento, respectivamente.
Mientras, la electricidad reportó una caída de 12.98 por ciento mensual en abril, la cebolla cedió 22.02 por ciento; transporte aéreo, 21.35, y el gas doméstico LP y el gas natural retrocedieron 0.82 y 5.75 por ciento, en forma respectiva.
Reconocemos la tendencia de la desinflación, pero nos sentimos incómodos con su composición, pues necesitamos ver que converja al límite superior del rango del Banco de México de 4 por ciento, pero se necesitan ver signos de desinflación de los servicios de manera sostenibles. En ausencia de tales señales, el riesgo es que, a medida que el impulso desinflacionario que beneficia a los precios de los bienes comience a desvanecerse y los aumentos de los precios de los bienes centrales se normalicen al alza, lo que, junto con la inflación de los servicios pegajosos conduzca a una reacción en las ganancias de los precios centrales en algún momento
, explicó Gabriel Lozano, economista de JP Morgan para América Latina.