Noah, hijo de Janel Rodríguez y Brandon Dunn, murió en 2022 por una sobredosis de fentanilo en Buda, Texas. Tenía 15 años.

Vemos con preocupación que se aprueban leyes y se ponen en marcha nuevas estrategias contra el fentanilo, pero el consumo y las muertes siguen aumentando, expresó la pareja de estadunidenses en entrevista con La Jornada.

De visita en México, los ahora activistas tras perder a Noah, advirtieron que las familias deben hablar del fentanilo antes de que alguno de sus miembros lo pruebe, pues es una droga que no da segundas oportunidades.

Quince por siempre

El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína, una de las sustancias más adictivas del planeta. Es extremadamente peligroso para aquellos que no lo usan en un entorno médico, y sabemos de primera mano que es un veneno muy riesgoso, así que nuestra advertencia no sólo al pueblo mexicano, sino a todo el mundo, es que conozcan los peligros del fentanilo y los opioides artificiales, señalaron quienes encabezan la organización sin fines de lucro Forever 15 Project.

En la Conferencia Internacional de Drogas Sintéticas, que esta semana se llevó a cabo en la Ciudad de México, narraron que desconocían lo que era esa sustancia hasta que perdieron a su hijo.

Queremos concienciar todo lo que podamos a otras familias y a personas de todo el mundo, porque no sabíamos lo que era el fentanilo cuando ocurrió. Tuvimos que aprender enseguida y no queremos que ninguna otra familia viva la experiencia por la que hemos pasado nosotros, expresó Janel.

En 2023, subrayó Brandon, 112 mil estadounidenses perdieron la vida a causa de esa y otras drogas químicas. Esto nos indicaría que algo se está haciendo o cambiando en contra del fentanilo es ver que esas cifras bajan, pero hasta ahora, cada año, las hemos visto aumentar exponencialmente, lamentó.

Así que sé que la popularidad de esa sustancia ha seguido creciendo, lo que creo que está marcando la diferencia en Estados Unidos son grupos como el Forever 15 Project.

Desde que su hijo adolescente murió, han ofrecido más de 300 charlas a jóvenes en escuelas y otros espacios para advertir de los peligros de esa sustancia.

Los niños vuelven a casa después de ver nuestra presentación y hablan con sus padres de lo que acaban de oír y de aprender, esa es una gran conversación para la cena. Una madre de nuestra comunidad se puso en contacto conmigo. Es mexicana y su hijo falleció. Me dijo que quería unirse a nosotros porque muchos mexicanos no hablan de ello, y ella quiere cambiar esa circunstancia, concluyó Janel.