Pobladores de Tepeapulco defienden agua
Autoridades niegan que se pretenda surtir a Pachuca, Edomex y CDMX
Viernes 19 de abril de 2024, p. 28
Tepeapulco, Hgo., Cerca de 300 vecinos de la localidad de San Miguel Allende, en este municipio, mantuvieron retenidas ayer a la alcaldesa María Angélica Barranco Pérez, y a Carolina Ruiz, directora de Gobernación en la región del Altiplano, en demanda de que la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Servicios Intermunicipales (CAASIM) deje de perforar un pozo en un predio del lugar.
Los pobladores aseguraron que las obras que realiza el organismo tienen la finalidad de llevarse el agua de la zona a la ciudad de Pachuca, al estado de México y a la capital del país, por lo que también cerraron la circulación de la carretera que une a Cuautepec con Ciudad Sahagún.
Los quejosos atravesaron vehículos y colocaron piedras en tres tramos de la vialidad, lo que ocasionó filas de automóviles de varios kilómetros; además, tomaron las instalaciones de un pozo de agua que da servicio a la comunidad.
Ante la inconformidad de los lugareños, la CAASIM dio a conocer a través de un comunicado que la perforación que realiza en un predio rural y que lleva 60 por ciento de avance es para dotar de líquido a todos los poblados de la región; aseguró que no hay forma de trasladar el recurso a Pachuca ni a otras entidades del país.
A pesar de la información que difundió la comisión desde temprano, los vecinos de San Miguel Allende se concentraron alrededor de la 9 de la mañana afuera del palacio municipal de Tepeapulco, donde sostuvieron una breve plática con la funcionaria de la Secretaría de Gobernación estatal y la alcaldesa.
Después, la edil (quien no milita en ningún partido y quedó como suplente de Marisol Ortega, ex candidata del PT a diputada local) y Carolina Ruiz fueron obligadas por los pobladores a trasladarse en una camioneta junto con algunos funcionarios del ayuntamiento al predio donde la CAASIM hace el pozo.
Al llegar a San Miguel Allende, localidad que se ubica cerca de la laguna de Tecocomulco, María Angélica Barranco y Carolina Ruiz fueron llevadas al paraje citado, donde había una pluma y otras máquinas con las que se efectúa la perforación.
Allí los habitantes les advirtieron que no las iban a dejar marcharse hasta que se presentaran en el lugar representantes del gobierno estatal para tener garantías de que su agua
no va a ser enviada a otra parte.
Al cierre de edición ambas funcionarias continuaban retenidas; cerca del sitio había presencia de policías estatales y municipales, quienes se limitaron a observar y permanecer alerta.