La Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis Primada de México criticó la indiferencia que prevalece en torno a la población migrante en situación de calle en la Ciudad de México y lamentó que en el contexto electoral este sector y sus necesidades continúen invisibilizados.

Hablar de migración y migrantes en tiempo electoral parece no traer ninguna ganancia, sino al contrario, planteó el sacerdote Juan Luis Carbajal, director de dicha pastoral, quien aseveró que nos falta tanto para hacer realidad el respeto a la dignidad y derechos fundamentales de las personas en situación de movilidad humana.

El religioso scalabriniano realiza visitas constantes a espacios en los que hay campamentos de migrantes en la Ciudad de México, entre ellos el situado en la Plaza El Caballito y el instalado a un costado de la parroquia Santa Cruz y la Soledad, y ha denunciado las condiciones precarias en que se encuentran las personas en movilidad, la mayoría provenientes de países sudamericanos, entre ellos Venezuela y Ecuador.

Aumentan niveles de movilidad

De acuerdo con información de la oficina en México de la Organización Internacional para las Migraciones, los niveles de migración desde América del Sur han aumentado notablemente en los últimos años. Mientras en el primer trimestre de 2021, representaron uno por ciento de todos los eventos de movilidad irregular, en el último trimestre de 2023 fueron 44 por ciento.

Este cambio fue impulsado principalmente por un aumento en la migración de nacionales de Venezuela,Ecuador, Colombia, Perú y Brasil, la mayoría ingresaron por tierra a través de la frontera sur de México.

Carbajal, quien es director de la Casa del Migrante Arcángel Rafael, en Iztapalapa, criticó la indolencia de las autoridades y de la población ante la realidad de esta gente en movilidad. “Parece que es mejor y más cómodo no verlas, quedar apacible o no meterse en problemas. Parece que es mejor marginarlos a lo más recóndito de nuestro cerebro para no sentir compasión, ni necesidad de buscar soluciones y respuestas.

Ante tanto dolor e impunidad, una pastoral migratoria comprometida debe usar su voz profética para visibilizar y condenar la grave situación de vulnerabilidad de las personas migrantes, resaltó.