Inseguridad, falta de luminarias, calles que parecen campos minados y nulo transporte público después de las 10 de la noche son los principales problemas que se enfrentan en Tláhuac; tres años no fueron suficientes de la administración de la alcaldesa con licencia Berenice Hernández Calderón –quien busca relegirse–, ya que debió realizar acciones efectivas en servicios urbanos y tener mayor coordinación con el gobierno central.

José Luis Pérez, del pueblo San José, puso como ejemplo lo que definió como desatención tras lo ocurrido hace dos meses en la entrada de Paso Conejo a San Rafael Atlixco, por un socavón que se formó a la altura de Tlaltenco y que permaneció más de cuatro meses. Fue un caos vial el acceso a Tláhuac, es la única vía que te lleva y nunca hubo apoyo.

La alcaldía pudo colocar lonas, indicativos viales, señalar el tiempo que tardarían y coordinarse con el gobierno central para darnos alternativas de salida a los habitantes, que sólo tenemos como vía el canal de Chalco y hacíamos más de tres horas en llegar a la ciudad”.

Finalmente vino a resolver el gobierno y no la alcaldía, además de que es difícil encontrar a policías en las calles, particularmente en la colonia Del Mar, donde hay bastante inseguridad.

Los residentes indicaron que a pesar de que se instalaron nuevas luminarias en algunas calles, el tema va más allá de los robos, ya que los delitos se vinculan con el cobro de piso, extorsión de supuestos operadores del cártel de Tláhuac, además de que en ocasiones los propios conductores de mototaxis asaltan a los usuarios.

Polet Galván, de la colonia Arboledas, dijo que se abrieron caminos seguros con mayor iluminación, pero fue realmente una acción ciudadana, porque los residentes se organizaron y presentaron los proyectos del presupuesto participativo.

Ahora todo el mundo quiere ponerse la corona, pero tenemos que estar informados, no es nada más criticar, sino que hay que trabajar en conjunto y ver el entorno diferente y agregó que la violencia contra las mujeres sigue en su colonia.

En la calle Gitana y Salto del Agua, donde se ubica la secundaria 108, hace falta un semáforo, por más que se han metido oficios, escritos, peticiones, alcaldes van y delegados, nunca han hecho nada; desafortunadamente ha habido pérdidas humanas, han atropellado a muchas personas, es un cruce muy peligroso, pero no somos atendidos.

Comentó que por estar en el límite de Tláhuac e Iztapalapa no son atendidos, además de que se trata de una zona muy peligrosa porque en la noche se agarran la avenida como pista de carreras y tenemos un punto rojo en donde hay venta de droga.

Indicó que los policías cuando atienden los reportes suben a los presuntos delincuentes a la patrulla, sólo para darles una vuelta, y los bajan. No se hace nada.

José Jiménez, del centro de la demarcación, señaló que la alcaldesa ha intentado hacer una buena gestión; sin embargo, su esfuerzo no fue suficiente, pues creció la mancha urbana y no hay alumbrado público en algunas zonas.