Miércoles 10 de abril de 2024, p. a11
Madrid. El partido entre el Real Madrid y el Manchester City, que terminó con un empate 3-3, fue una lucha entre dos gigantes, dos titanes con los galones de campeones de Europa que en ese cuerpo a cuerpo firmaron un partido memorable. Una oda al futbol en el que hubo goles dignos de Liga de Campeones, fruto del juego de asociación y estrategia que derivó en un encuentro de ida y vuelta, sin apenas tiempo para respirar entre las ocasiones de gol en una y otra portería.
El desenlace de la disputa de estos cuartos de final de la Champions se conocerá en el partido de vuelta, que se jugará el 17 de abril en la ciudad inglesa, escenario de amargos recuerdos para el equipo español.
Pep Guardiola, técnico del City, y Carlos Ancelotti, del Madrid, representan dos formas parecidas de entender el futbol, a pesar de la brecha generacional. El italiano, quien tiene en su historial 200 partidos como entrenador en este torneo, celebra el juego de asociación y la salida del balón desde atrás, con toques, paredes y desmarques. Mientras Guardiola se ha convertido en uno de los grandes estrategas de este deporte, con alineaciones que también buscan que la pelota ruede y que los futbolistas expongan sus mayores virtudes técnicas y tácticas.
El empate deja la eliminatoria abierta, muy abierta, en lo que para muchos es una especie de final adelantada y en un escenario en el que el año pasado el Real Madrid cayó eliminado con un contundente 4-0.
El partido inició con un gol tempranero del portugués Bernardo Silva, uno de los mejores en el terreno del equipo inglés. En una falta fuera del área, lejos de la zona más sensible, el centrocampista aprovechó que el portero madridista, Andriy Lunin, colocó mal la barrera y metió el primer tanto en un disparo raso.
El desconcierto se apoderó del club español, que se repuso gracias a dos jugadas que tuvieron una dosis de suerte para que terminaran en dos dianas certeras; primero, Camavinga desbordó al mediocampo inglés y en el borde del área disparó con contundencia, hubo un desvío de la defensa y eso descolocó al guardameta inglés, quien no pudo hacer nada por evitar el gol.
El segundo fue una jugada de contragolpe que inició el delantero brasileño Vinicius, quien desde su propio campo metió un pase al hueco a su compatriota Rodrygo, quien en segundos se colocó delan-te del portero y de un central inglés; disparó también desviado por el defensa, pero entró a la porte-ría de forma agónica, como si fuera a cámara lenta.
El primer tiempo terminó con un parcial de 2-1 en favor de los madridistas. Pero faltaba lo mejor del partido. El City se puso por delante en los primeros 25 minutos de la segunda parte, con dos golazos desde fuera del área, uno del joven delantero Foden y el otro, también con un disparo ajustado al ángulo de la portería e imparable, por el defensa Gvardiol.
Con la ventaja en el marcador, el conjunto visitante decidió encerrarse en su propio campo, esperando algún despiste de su oponente para hacer un contragolpe. Pero el Real Madrid, de nuevo gracias a una asistencia llena de virtuosismo de Vinicius, empató el partido con uno de los mejores goles de la noche; Valverde recibió el pase bombeado de su compañero y estrelló el balón sin contemplación en la portería contraria, en un disparo también imparable para el guardameta por su velocidad y colocación.
En el otro partido, Arsenal y Bayern empataron 2-2 y el desenlace será también el 17 de abril.