ntre pellizcadas y pellizcadas (Ricardo Salinas Pliego dixit), se alarga el asunto del campo de golf en Huatulco, Oaxaca, concesionado en 2012 –regalo de despedida– por el gobierno de Felipe Calderón al empresario de los abonos chiquitos y cuya vigencia concluyó en febrero pasado, sin que en ese lapso el terreno en disputa haya dejado de ser propiedad de la nación.

De cualquier suerte, no sería la primera vez que, tras un larguísimo litigio (iniciado en julio de 1999 y concluido en 2018), el de los intereses de agiotaje pierda un campo de golf, pues junto con socios como el ex presidente Luis Echeverría y sus hijos, Óscar Fernández Malvido, del Grupo Maizoro; el empresario salinista Luis Slim Sayeg, del Grupo Carso; Xóchitl de Garay, Gabriel Haddad, Eduardo Abud, del Grupo ICA; Rafael Hernández McGregor, del Grupo Ixe, y Carlos González Barquera, de Té Lagg’s, aseguró la abogada Ángeles Arcos, que acompañó el litigio de la comunidad indígena de Tepoztlán, Morelos (alrededor de 2 mil 500 personas), en contra de la empresa Pirámide y Convento que pretendía construir un campo de golf (Guadalupe Fuentes López, SinEmbargo).

Para robarse los terrenos de la comunidad (280 hectáreas) y en ellos construir un campo de golf, ese grupo de inversionistas contó con la complicidad de un oscuro ministro, Eduardo Medina Mora, quien resolvió favorecer a la empresas y desconocer los derechos agrarios de la comunidad propietaria (desde 1929 y por resolución presidencial). Con todo, el proyecto del ex director del Cisen (con Vicente Fox) y ex procurador general de la República (con Felipe Calderón) fue modificado y se negó el amparo a la citada empresa, con todos sus socios.

Lo anterior viene a colación, poque la juez Miriam Fabiola Núñez Castillo, del décimo tercer circuito en Oaxaca, concedió amparo definitivo a Salinas Pliego contra la clausura del campo de golf en Huatulco, con lo que el culto abonero festejó: “pues resulta que los gobiernícolas me la volvieron a pellizcar y que la ley si es la ley. Vamos a tener que meterle el doble de dinero para ver qué podemos rescatar del campo de golf… @LuisaAlcalde mande a sus gatos rápido a quitar los sellos de clausura, tenemos que ver qué podemos rescatar del campo”.

Sin embargo, todo indica que el asunto no es tan fácil para el empresario y por mucho rebasa su celebración. De entrada, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales detalló que la suspensión otorgada es para los efectos de mantener vivo el ecosistema, por lo que dicha medida no contraviene lo establecido en el decreto por el que se declara área natural protegida. Al continuar los daños ambientales se buscará que la clausura se mantenga.

La declaratoria como área natural protegida del Parque Nacional Tangolunda–donde se ubica el campo de golf de los abonos chiquitos– tiene por objetivo recuperar un bien público para el disfrute del pueblo de México y el medio ambiente de Huatulco. Conecta más de 17 mil hectáreas de selva en buen estado de conservación y hábitat de distintas especies de aves, mamíferos y flora endémica, explicó la Semarnat.

La misma dependencia del Ejecutivo aporta un elemento escalofriante: el agua ocupada por el campo de golf para regar el pasto representa el consumo de todos los pobladores de Oaxaca por 10 días y más de 2 años del consumo de la población de Santa María Huatulco, que en contexto de estiaje es importante para la población del estado y el municipio, la cual podría contribuir a cubrir su necesidad del vital líquido, es decir, para que el empresario y sus invitados cómodamente puedan pegarle a la pelotita y, entre hoyo y hoyo, armen negocios con toda tranquilidad, se requiere que alrededor de 4 millones de oaxaqueños permanezcan sedientos. Además, los pozos utilizados no cuentan con las autorizaciones requeridas ni las concesiones necesarias para disponer del agua para regar pasto, por lo que su uso es ilegal.

Pero a Salinas Pliego se le iluminó la cara al encontrar en la jueza Miriam Fabiola Núñez Castillo su nuevo Eduardo Medina Mora.

Las rebanadas del pastel

En el exceso, el INE prohibió al presidente López Obrador utilizar el término oligarquía corrupta, tal vez porque, creen en el instituto, esa frase rápidamente se asocia a los partidos de oposición ( Prianrd). Pero no, están equivocados: éstos son los gatos de la primera y por mucho que traten de esconder la mugre bajo la alfombra, mugre se queda. Por ello, el mandatario pide ayuda para encontrar un sinónimo: podría ser mafia del poder o conservadurismo corrupto.

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