Ordena cambiar el nombre al Centro kirchner
apagón culturalen Argentina
El presidente busca continuar lo que hizo la dictadura; se trata de una venganza que se agrega a la tragedia que vive la población
, señala periodista
Miércoles 27 de marzo de 2024, p. 25
Buenos Aires. El anuncio sobre la decisión del gobierno ultraderechista del presidente Javier Milei de cambiar el nombre del Centro Cultural Kirchner (CCK) –gigantesca obra arquitectónica–, considerado el más importante de América Latina, sorprendió ayer en diversos sectores de esta capital, y en los organismos culturales que están siendo cerrados o dejados sin presupuesto como parte de los despidos masivos, la persecución a escritores, artistas, periodistas y científicos, a lo que se añade la extensión de la injusticia como norma gubernamental, el hambre y la desolación que se viven como una dictadura, usando la trampa de elecciones democráticas
.
Esto es una forma de desaparecernos, una venganza, un apagón cultural que se agrega a la tragedia que vive la población
, declaró a La Jornada la periodista de cultura y espectáculos Nora Lafon, quien –en coincidencia con otros consultados– lo define como un símbolo de todo lo que se está desapareciendo. Quieren arrasar con la cultura, continuando lo que comenzó la más cruenta dictadura cívico-militar instaurada el 24 de marzo de 1976. En estos mismos momentos anuncian el cierre de la televisión pública. Y las universidades públicas de esta capital y todo el país advierten que sólo podrán sobrevivir dos meses más
.
Además, este anuncio sobre el nombre de un símbolo es utilizado como cortina de humo para distraer la atención sobre la mayor oleada de despidos masivos que se produce y en acuerdos firmados en las sombras que representan despojo del territorio nacional.
Durante el gobierno del ex presidente Mauricio Macri (2015-2019), actual socio de Milei, se intentó cambiar el nombre y utilizar el espacio para reunión de negocios, y cambiar todo lo que fue ideado para la cultura, los espectáculos o conciertos a los que podía acceder la población de manera gratuita.
Por estas horas se prepara a los funcionarios de este gobierno que se harían cargo del CCK, y también tomarán el teatro Cervantes, estatal y lo que llaman patrimonio, cuya tarea era el rescate de los valores culturales, lo que no le interesa en absoluto al presidente actual y sus funcionarios, que ni siquiera entienden lo que es el Estado.
El que fue Palacio del Correo y las Telecomunicaciones, considerado patrimonio histórico nacional, que ocupa cien mil metros cuadrados, pasó por muchos momentos de la historia, entre dictaduras y resurrecciones.
En ese mismo lugar estuvieron las oficinas del ex presidente Juan Domingo Perón (1946-1955) en sus primeros momentos y las de su esposa Eva Duarte, Evita, con la fundación que llevaba su nombre y desde la cual desarrolló una obra social pensada para los más humildes en todo el país. Obra que ha sobrevivido a todos los tiempos.
La obra del CCK comenzó en el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y fue continuado por la ex presidenta Cristina Fernández, quien lo inauguró el 21 de mayo de 2015, durante su segundo mandato, en una ceremonia en la que se agradeció a artistas, intelectuales y demás referentes de la cultura popular. También, a sindicalistas y movimientos sociales que estuvieron presentes.
Cabe recordar que la transformación del antiguo Palacio de Correos en centro cultural de excelencia fue una iniciativa impulsada por Néstor Kirchner en 2006. Y en 2012, cuando ya había fallecido, el Congreso de la Nación decidió que llevara su nombre en homenaje a su empeño por dejar una herencia cultural para el pueblo. Dirigió esta obra el arquitecto Norbert Maillard, del estudio Beaux Arts.
Emplazado en este emblemático edificio de más de 100 mil metros cuadrados de superficie, el CCK es, en tamaño, el centro cultural más importante de América Latina y figura junto con otros similares en Europa. Entre los principales atractivos del CCK está la imponente Ballena Azul, una sala de música sinfónica para mil 750 espectadores, una sala de música de cámara para 540, y la Gran Lámpara, espacio de 2 mil metros cuadrados destinado a exhibiciones ubicado en el sexto y séptimo pisos, revestido por placas de vidrio
, escribe Página/12.
Además, la Esfera Azul es obra del artista mendocino Julio Le Parc, hecha con placas de acrílico que corona el salón de ingreso del edificio. Es sin duda una herencia cultural muy importante a punto de caer en manos de los que piensan que todo se cotiza al valor del mercado
, como denuncian aquí, y además estaba pensada para el pueblo, el público que llegaba desde distintos barrios a sus salas con exposiciones fotográficas, con los recuerdos y memorias del pasado, tan importantes de recuperar en estas horas.