Miércoles 27 de marzo de 2024, p. 19
El marco anticorrupción de México es poroso. Incluso en temas donde sí hay leyes al respecto, como las sanciones por conflicto de intereses, la reglamentación se ha convertido en letra muerta, exhibe un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Las sanciones por conflicto de intereses están instauradas en la reglamentación mexicana , pero no se aplican en la práctica, reporta Perspectiva de Integridad y Anticorrupción. El país tampoco cuenta con mecanismos para rastrear el movimiento de funcionarios públicos hacia la iniciativa privada en sectores que anteriormente regularon, agrega.
De acuerdo con un nuevo informe de la organización, los marcos de integridad y anticorrupción de los países de la OCDE están mejorando, pero existe una gran brecha en la aplicación, lo que significa que los países están abiertos al riesgo de corrupción
.
En promedio, los integrantes de la OCDE cumplen en 76 por ciento con los criterios que ésta delinea en materia de regulaciones sobre conflictos de intereses, pero sólo 40 por ciento en la práctica.
Rezago
Cuando se mide la puesta en práctica de las recomendaciones de auditoría interna, también hay un rezago en el promedio de países de la OCDE que lo implementan, y sólo México cumple al 100 por ciento. Sin embargo, la organización exhibe que el país no revisa ni 60 por ciento de las declaraciones de interés y no hay una política de datos abiertos.
En cuanto al marco de integridad en procesos electorales
, en el país hay restricciones a las contribuciones financieras a los partidos políticos, también hay regulación contra donaciones anónimas, así como de empresas y estados extranjeros. No obstante, pese a que existe la regulación sobre informes financieros de la campaña electoral, a consideración de la OCDE, no es una regulación que se aplique.
La primera publicación de Perspectiva de Integridad y Anticorrupción se da en un año en el que casi la mitad de la población mundial acudirá a las urnas, en medio de una baja confianza hacia las instituciones y posiciones políticas más distantes, destacó la OCDE. Su objetivo es rastrear el desempeño de los marcos de integridad
de los países que integran la organización y analizar sus riesgos.